En la tienda fujimorista se cree que las coimas de Toledo les convierte en puritanos. A los pocos minutos de la publicación de la virtual confirmación de que el expresidente Alejandro Toledo Manrrique recibió 20 millones de dólares de la empresa Odebrecht, los fujimoristas saltaron hasta el techo, su alegría y sed de venganza se resume en estas dos publicaciones, la primara de la congresista fujimorista Martha Moyano que dice: “Nos llamaron ladrones, nos llamaron corruptos, acusaron y metieron presos a militares y policías, liberaron a terroristas, hicieron que el Estado les pague millonarias sumas de dinero, y allí siguieron maltratando a los fujimoristas, gritaron !!Ladrón, ladrón !! Y los ladrones eran ellos! No les deseamos lo mismo porque la vida misma se encargará y la historia será quien juzgue al final! VIVA EL PERU CARAJOO!” Y la segunda corresponde a la pluma de Julio Gagó Pérez: “Fujimori preso 25 años sin un sol robado. Si hay justicia, a Toledo le espera cadena perpetua por los $20 millones en coimas.” Osea para los fujimoristas somos un rebaño de desmemoriados, un país con imbecilidad crónica, y alzheiner permanente. Que genera justificada indignación y vergüenza nacional lo de Toledo es verdad, que tiene que afrontar un juicio es una clamorosa necesidad. El hecho que Toledo se alzó en la cresta de la ola que movilizó al país para extirpar a la dictadura criminal y corrupta de los 90, no lo vuelve inmune, que se investigue y a fondo, pero de ahí a comerse el cuento fujimorista que porque Toledo coimeó, entonces ellos están exculpados, no resiste ningún tipo de análisis. Hay que recordar siempre que hace años el Consejo de Defensa Jurídica del Estado calculó en 6 mil millones de dólares el dinero que desapareció del Tesoro Público durante el gobierno de Fujimori. En cifras tenemos que se robaron seis mil millones en una década, lo que equivale a 600 millones anualmente, es decir un millón 600 mil dólares al día. Ese es, en promedio, el costo de la corrupción de los noventa, y ni que hablar de los derechos humanos, de los tránsfugas, de la salita del SIN, de la compra y amordazamiento de la prensa, del emputecimiento de la FF.AA, de la vírgenes que lloraban, de los programas basura de Laura Bozzo, de los hermanos prófugos, de la cocaína encontrada en el avión presidencial, de la ilegal ligaduras de trompas, etc. Que es momento de levantar nuestra voz exigiendo celeridad y justicia, es verdad, que esta debe ser vertical y horizontal, desde luego; ¿qué es eso de que la bancada fujimorista se oponga a que en el caso Odebrecht no se investiguen los negocios de la época en la que gobernaron el Perú?, ¿qué tipo de fiscalizadores son los que amparán, promueven y presionan para que la acción de la justicia sea selectiva? No nos dejemos llevar de las narices por los herederos de la dictadura fujimorista que están exitadamente interesados en que sólo miremos la paja en el ojo ajeno y que nos olvidemos de la viga puesta en ellos. Un país con memoria y dignidad no acepta corruptos, coimeros, ladrones ni asesinos, sean estos de la época que sean.