Hace unas semanas publiqué un artículo en este mismo diario, titulado “Una isla de vainas” en referencia a un presunto audio entre el alcalde de Tarapoto, Walter Grundel y el ex congresista nacionalista Víctor Isla. Las reacciones y estrategias de ambos me llevan a realizar el siguiente análisis:
Victor Isla, rechaza tajantemente que ese audio fuera suyo, habla de una caricatura auditiva, menciona usurpación de identidad, denuncia a una peligrosa red criminal y se pone a disposición de las autoridades para continuar las investigaciones
Mientras tanto, Walter Grundel, que aún está en ejercicio de funciones, se ponen a disposición de las autoridades judiciales, cambia de actores en la comuna tarapotina, niega la voz de Isla y manifiesta la posibilidad de que lo hayan timado.
Ambos actores se ponen a disposición y ninguno niega la voz de Grundel, es más, el abogado defensor del alcalde, Oscar Cabrera, indicó que hace unos años alguien se acercó al alcalde para solicitarle su número personal porque el presidente del Congreso de ese entonces, Víctor Isla, quería comunicarse con él. Con lo cual se pretende fortalecer la tesis del imitador.
Pues bien, para que exista un imitador, en este caso un estafador, debe haber una víctima.
Primero, estaríamos ante un caso de un imitador con talento político, conocimiento de los servicios del estado desde adentro – como menciona en referencia a la utilización de la DINI – y con un gran desprendimiento para transferir maquinarias o dinero.
Segundo, ¿Un alcalde provincial que tiene un ritmo de vida dedicado a la cosa pública, gestión de obras, supervisión de las mismas, sesiones de consejo, atender a los vecinos, gestionar en otros organismos, aparte con visión de empresario puede contestar, así, números desconocidos? ¿Cuántos tarapotinos han llamado al alcalde a su número personal y los ha atendido por más de 10 minutos? Espero que a muchos.
Pero muy aparte del ritmo que pueda o no tener el alcalde está el contenido de fondo, las pocas medidas de seguridad – lejos de la teoría del imán – para continuar afirmando datos y apuntando cosas, a tal punto de confesar las relaciones y percepciones con dos alcaldes de distritos vecinos.
De ser el caso, hasta este punto el imitador ya logró engañar a Grundel. Coronó todo su esfuerzo – asumo que se preparó por varios años -por aprenderse la personalidad, voz y manejo de Victor Isla. Entonces me pregunto ¿Los temas de fondo pudieran ser aceptados? ¿El alcalde de Tarapoto no fue a comprobar la veracidad de la llamada en alguna gestión a Lima? ¿El ex presidente del Congreso no se enteró en su momento de esta situación? ¿De tener conocimiento del tema y saber que fue un intento de estafa cómo se manejó a posteriori? Nunca se supo nada hasta la emisión del primer audio porque en ese entonces Victor Isla como Presidente del Congreso hubiera tenido la sartén en la mano para llegar al fondo de la presunta peligrosa red criminal que hoy denuncia.
Finalmente, este escenario me llama a plantear otras interrogantes sobre el caso del talentoso y desprendido imitador de Víctor Isla ¿Intentaron timar solo a Grundel durante el periodo del gobierno nacionalista? ¿Alguna otra autoridad o ex autoridad a nivel nacional habló sobre audios, imágenes, beneficios de campañas, obras públicas donde se vincule al ex parlamentario?