Por: Beto Cabrera Marina
El desconocimiento de un tema sanitario en el mundo y la distancia con el foco de la epidemia conducen al temor y la desconfianza ante la información oficial. Las noticias que conectan con el miedo tienen más probabilidad de ser consumidas y compartidas con mayor intensidad y rapidez.
El miedo se contagia y viraliza “La sensación de temor es una de las emociones que nos lleva a tomar más decisiones, ante una noticia que nos genera miedo, es más fácil que se tome la decisión de compartir; a menudo, por buena intención nos convertimos en difusores de desinformación”.
Está demostrado que las noticias falsas se propagan más rápido, de forma más profunda y más amplia que la verdad en todas las categorías de información; el miedo constituye un caldo de cultivo inmejorable a la hora de captar nuestra atención, incluso en contextos de saturación informativa.
No solo damos prioridad a aquellos contenidos que conectan con nuestros miedos, sino que también tendemos a divulgarlos con mayor intensidad y celeridad. En esta línea, si las noticias falsas se aprovechan de emociones como el miedo, el asco o la sorpresa, tienen más probabilidades de ser compartidas.
Las noticias falsas sanitarias son un peligro real y vital
La desinformación en el ámbito sanitario resulta muy peligrosa porque impacta de forma muy directa en la salud, la seguridad y el bienestar de las personas, la difusión de noticias falsas médicas en las redes sociales tiene un alto nivel de propagación.
Hoy la crisis se llama coronavirus, entonces cabe la pregunta: ¿Cuan peligrosa es la difusión de mentiras en una situación como la actual?; nos encontramos ante una crisis mundial sobre un tema complejo en el que la mayor parte de la población no es experta en un tema que afecta a la salud y al que se le suma las distancias geográficas y culturales; -lo estamos viviendo en nuestro país y en la región- todo esto conduce al miedo y la desconfianza ante la información oficial. En esta línea, la sensación de miedo también está influenciada por las percepciones que pueden tenerse con el país de origen de la nota o noticia, lo que aumenta la percepción de fiabilidad o poca fiabilidad de la comunicación.
Comunicar BIEN puede salvar vidas
“La comunicación de crisis salva vidas, en la pandemia que golpea la humanidad, hoy tenemos un alcance real la información oficial gracias a la entrada de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el caso”.
El tiempo no juega a favor para la ciencia médica pero sí para el alarmismo colectivo: a medida que pasan los días, los ciudadanos somos más conscientes del riesgo que supone la pandemia siendo esta resumida en RESPONSABILIDAD Y RESPETO POR LA VIDA DE LA FAMILIA Y LA COMUNIDAD.