Hubo un tiempo en que la pregunta obligada o más importante era ¿eres virgen? En tiempos modernos y con la apertura sexual a la que todos estamos expuestos, la pregunta cambió, ahora se trata de las veces que lo has hecho, del número de personas con las que has tenido contacto sexual. Suena absurdo calcular el número de contactos sexuales ¿Es necesario conocerlo? ¿Acaso importa tanto? ¿Hará una diferencia en tus sentimientos? ¿Desempolvar la carpeta de “Expedientes Secretos X” es importante?
Giacomo Casanova y sus innumerables mujeres. El máximo semental, el monstruoso mongol Genghis Khan, cuya descendencia se calcula actualmente en 16 millones de personas con su cromosoma. Estos son las referencias legendarias del sexo, potencias cuantiosas y experiencias que parecerían inalcanzables.
“Lo que no fue en tu año, que no te haga daño”. No es por ego, ni por orgullo el medir nuestro kilometraje, es consciencia con nuestro cuerpo. La “peste rosa”, es un enemigo que anda suelto y campante.
Seguramente alguna vez has oído hablar de la teoría de los seis grados de separación. Según ésta, dos personas de cualquier lugar del planeta están unidas por una cadena de cinco personas. La lógica del experimento explica, que en promedio el hombre o mujer han dormido con 2.8 millones de personas.
Por ejemplo, si tienes 28 años y has tenido 7 parejas sexuales, has tenido más de 2’800.000 compañeros indirectos. ¡Hemos dormido con más de 2 millones de personas en cadena! Cruel, pero cierto. Cuando tienes sexo con alguien, también has tenido sexo con todas las personas con las que él o ella han estado.
Y así como el sexo te da vida, también te la quita. El sexo es un enemigo tan íntimo que lo tenemos debajo de las sábanas, donde el fuego, literalmente mata. Son esas mismas sábanas, las que te acogen cuando la fuerza de tu cuerpo, ya no puede sostenerte.
“Ha llegado el momento de que todo el mundo sepa la verdad”. Estas fueron sus últimas palabras. Los rumores sobre su deteriorado aspecto llevaron a Freddie Mercury a hacer público que tenía el Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida (SIDA) y buscar el apoyo para luchar. Al día siguiente murió.
El histriónico y carismático cantante se encontraba ya extremadamente delgado, prácticamente ciego, sedado y sin apenas poder hablar. Una “penitencia” que tan sólo compartió con unos pocos amigos.
Freddie, sabía que era cero positivo desde 1987. Al parecer, había quedado impactado por la muerte de dos de sus antiguos amantes a causa del SIDA y, consciente de los riesgos de su variada y ajetreada vida sexual, decidió hacerse los primeros análisis. Sus temores se hicieron realidad.
La “Peste Rosa” estuvo asociado por la aparición de manchas rosas en la piel con la tendencia homosexual. El “Club 4H” fue el término con el que se comenzó a denominar alrededor de 1983 a los grupos de riesgo más expuestos a contraer el SIDA. Esta afirmación fue enterrada al poco tiempo, ya que el SIDA no es una enfermedad exclusiva del Club 4H. La Peste Rosa está en los bares que frecuentas, en las camas húmedas que dejas, en la aventura de una noche, en la diversión de todos los días, de las caserías y de la frase de tanto cliché “Vive la vida y no dejes que la vida te viva”, frase que hiciera famosa a una congresista que no tiene tapujos en su vida.
La Peste Rosa no solo se llevó las voces del mejor rock, sino las sonrisas de muchas personas que pensaron que al vivir la vida a la ligera, no iba a pasar nada.
Cada uno en la vida tiene su camino y lleva su equipaje. Y dentro de éste, están todas las cosas que debemos cargar. Tú llevas tu equipaje, al igual que yo. Sería inútil tirarlo, debemos cargarlo.
El sexo es un arte en constante desarrollo, y como todas las artes necesitas practicar muy seguido. Pero practicar no significa que tenga que ser con diferentes parejas.
Un número alto jamás convertirá a un hombre en un “campeón” y a una mujer en una puta. La sexualidad no debe de ser juzgada en números, la sexualidad debe ser juzgada por la responsabilidad con la que la disfrutas. Los orgasmos destilados en tu cuerpo por el clímax que ese encuentro desata, puede ser desplazado por las veces de dolor con la que poco a poco te va matando el SIDA.
La práctica no hace al maestro, ni mucho menos hacerlo con varias personas a la vez, te hará mejor. Sé que el amor es a veces tan disparejo, tan frágil, tan cursi, pero finalmente, tan hermoso, tan rico… ¿Hagamos el amor y no la guerra o planifiquemos mejor la guerra del amor?