Despertar, un nuevo día, perfecto para un café bien cargado. Mientras el cuerpo va preparándose para el arduo día de trabajo, hay un pequeño zumbido incómodo, nauseabundo, irritante, cuando por el televisor escuchó las voces chillosas de Yahaira Plasencia y Rosangela Espinoza. Las noticias del día son: “Sheyla Rojas y sus amigas alentaron a Perú con sus trampas” “Patricio Parodi tiene un nuevo jale”, “Corina Rivadeneira y Mario Hart viajan fuera del país”…
¿La televisión es un vehículo de cultura?, actualmente es utilizado para entretener y no para culturizar, en la utopía podría ser un excelente vehículo para la cultura, pero la sociedad hace mucho que lo ha colocado como el principal medio de entretenimiento y los medios se han aprovechado de ello, prostituyéndola y volviendo de la basura un mercado de chatarrería de venta de sexo, violencia, dramas y “peliculinas”.
Hoy en día la televisión nos ha dado carta abierta a un nuevo y gran poder, ya no te entretienes con la vida de la vecina que no te cae y a la que le inventas más de tres novios, eso ya resulta poco interesante; ahora la vida te da nuevas oportunidades para explayarte y enterarte con quién le sacó la vuelta el jugador de moda a la bailarina de un grupo de cumbia, Tilza y el loco Vargas o Alondra y Meier, son temas con los que se goza, se comenta y se juzga. Si se saca a la luz una infidelidad de la farándula, durante toda la semana del ampay desayunarás, almorzarás y cenarás con la trampa, el infiel y la engañada, sabrás qué opina la mejor amiga y hasta el perrito de la “adornada”.
Como no sabemos exactamente lo que es y lo que no es TV BASURA, consumimos basura. ¿Es “Combate” Tv basura? ¿Es “Esto es Guerra” Tv basura? ¿Es “Amor Amor Amor” Tv basura? Lo realmente interesante es que ni los productores y participantes de estos programas consideran que el formato es Tv basura y evidentemente no todos los mencionados lo son, pero claro, nadie va a decir: “Yo hago basura” así lo piensen en privado”.
Los programas realitys han conseguido llegar al gusto de saber de la vida de los demás y cuanto más atropellada sea, mejor. Que dos mujeres se disputen el amor de un modelo con esteroides hasta llegar a los golpes en pleno programa, ese drama alimenta a los hambrientos televidentes, pero ¿eso educa? ¿eso culturiza?
En un país donde es más importante valerse de los cargos políticos para enriquecer sus propios intereses, soluciones inmediatas para desterrar la televisión basura es una misión casi imposible. Al Estado le conviene tener a una sociedad de “títeres”, idiotizados con tanta basura, quienes permanecen con el cerebro adormecido y no se da cuenta de lo que realmente sucede en una sociedad, en todo un país.
La violencia vende, el calateo vende, el show vende, los ampays venden, la televisión basura vende. La sociedad se ha acostumbrado a consumir basura. Se escucha mucho sobre la necesidad de tener un ente regulador que sancione estos contenidos, pero la solución no está ahí. El gobierno debe intervenir, no prohibiendo, sino informando a las personas sobre lo que están viendo, éstas deberían estar advertidas que lo que están viendo es de “baja calidad cultural”, con ese aviso la persona podría optar por seguir viendo el programa calificado como bajo o cambiar de canal, recién ahí se podrá tomar medidas necesarias para eliminar los formatos que no culturizan y difundir solo contenidos de alta calidad cultural y educativa.
La televisión puede ser una aliada de la educación y de la cultura, puede contribuir a mejorar el nivel de convivencia y respeto entre los ciudadanos. Mal utilizada, puede provocar todo lo contrario.
Violencia, lenguaje soez, calumnias, morbo, amarillismo y sexo. Todo se vuelve un circo mediático, magos, payasos y famosos del escándalo, personajes pintorescos que se prostituyen sin rubor ante las cámaras, por un minuto de gloria mediática.
Y tú, qué prefieres ¿Cultura o Basura?
“No se trata de ser analfabeto, se trata de sentirse orgulloso de sentirse analfabeto, eso me pone los pelos de gallina. Por suerte mis hijas leen, pensar que no fuera así me da escalofríos”
Joaquín Sabina