“Fiestas de fin de año: Oportunidad dorada para las MYPES en San Martín»
Por: Econ. Javier Solsol Chávez
La temporada navideña es, sin duda, uno de los periodos más importantes para la economía global. A nivel internacional, las festividades de fin de año representan un aumento considerable en el consumo de bienes y servicios. Grandes economías como Estados Unidos, China y países de la Unión Europea registran un crecimiento exponencial en las ventas de tecnología, moda, juguetes y artículos de lujo durante esta época.
Las plataformas de comercio electrónico, como Amazon y Alibaba, juegan un papel crucial, facilitando compras masivas y promociones que incentivan aún más el consumo. Sin embargo, también se observan desafíos como la inflación, la crisis en las cadenas de suministro y las tensiones geopolíticas, que pueden influir en el comportamiento del consumidor global.
En el contexto latinoamericano, la Navidad representa uno de los picos más importantes del año para las micro, pequeñas y medianas empresas (MYPES). Países como México, Colombia y Chile reportan incrementos significativos en sectores como el comercio minorista, la gastronomía y el turismo. Las remesas enviadas desde el extranjero, las gratificaciones laborales y los bonos navideños contribuyen al aumento del poder adquisitivo de las familias, lo que impulsa el dinamismo económico. Sin embargo, los expertos advierten que el éxito de la temporada navideña no solo depende del consumo, sino también de políticas públicas que fomenten la formalización y el acceso a financiamiento para los pequeños empresarios.
En el ámbito nacional, Perú se posiciona como uno de los países con mayor expectativa de crecimiento económico durante la campaña navideña. Según la Cámara de Comercio de Lima (CCL), se proyecta un crecimiento del 8% al 10% en comparación con el año anterior. Los rubros con mayor demanda incluyen ropa y calzado, juguetes, artículos de tecnología, gastronomía, y productos de cuidado personal. Este crecimiento está impulsado principalmente por el acceso a los fondos de CTS y gratificaciones, así como por el auge del comercio electrónico y las estrategias de marketing digital. Además, la informalidad sigue siendo un factor determinante en la economía peruana, ya que muchos pequeños negocios operan sin un marco formal que les permita acceder a financiamiento o capacitación.
En la región San Martín, la temporada navideña representa una oportunidad crucial para las MYPES locales. Se estima que las ventas en tiendas comerciales podrían triplicarse durante el mes de diciembre, especialmente en sectores como ropa, calzado, tecnología y gastronomía. El optimismo empresarial en la región está respaldado no solo por el aumento del poder adquisitivo, sino también por una mayor adopción de herramientas digitales que permiten a los negocios llegar a nuevos mercados.
Asimismo, esta temporada impulsa no solo a los comercios tradicionales, sino también a los pequeños emprendimientos informales que ven en esta campaña una oportunidad para generar ingresos adicionales. La demanda de servicios complementarios, como transporte, decoración y entretenimiento, también experimenta un crecimiento notable durante esta época.
Es importante destacar que la reactivación económica no solo depende de la oferta, sino también del compromiso de los consumidores. Comprar en negocios locales no solo fortalece la economía de San Martín, sino que también contribuye a la generación de empleo y al desarrollo sostenible de la región.
En este sentido, es fundamental que la población priorice las compras en los comercios locales. Cada sol invertido en una tienda local tiene un impacto directo en el bienestar de las familias sanmartinenses y en el crecimiento de los emprendedores regionales.
La Navidad no solo es una temporada de celebración y unión, sino también una oportunidad para ser parte activa de la reactivación económica. Comprar local es más que una elección de consumo; es una decisión que fortalece a toda una región. Además, invertir en negocios locales permite crear una cadena de valor que impacta positivamente en otros sectores productivos, asegurando un ciclo económico más estable y sostenible.