Me disculpan los de otros medios de comunicación, pero tengo que decirlo. No es ético, desde ningún punto de vista, colocar titulares tan tremendistas y llenos de superchería como los que he observado en los diarios de la competencia con respecto al desmayo de los estudiantes del Elsa Perea, sobre el que debería existir un a investigación científica y no basada en superstición.
Cómo es posible que infundamos en la población, en este tiempo, en este siglo, la idea de que fuerzas malignas ingresaron a un centro educativo y en otro caso que un pastor evangélico llega para echar los
demonios fuera, como si se tratase de una barata producción holliwoodense. He visto otro titular en el que se asegura que un pastor logró devolverle la vista a una ciega, cosa que tampoco ha sido objeto de por lo menos un análisis básico y que además servirá como propaganda para lucrar con la ignorancia de la gente.
¡Por favor! Todavía no empieza la temporada de vírgenes que lloran, ni de ovnis colmando los cielos como para que pretendamos alarmar a la población con estas insinuaciones tremendistas.