Queridos familiares, amigos y amigas:

En esta ocasión, reunidos todos para conmemorar a mi abuelo Don Lucas Reategui Torres, quisiera aprovechar para decir unas palabras.

Una clave para entender a Don Lucas quizás se encuentre en sus orígenes humildes. Me refiero a que ante escasas condiciones materiales Don Lucas lanzó una inagotable campaña de superación que lo iría a caracterizar siempre, no solo en el ámbito del trabajo y la economía. A mí lo que me interesa recalcar es la dimensión personal, y acaso moral, de mi abuelo. Lo digo porque considero que mi abuelo fue un “hombre moderno”. Cuando digo esas palabras no me refiero a un hombre o una persona a la moda. Me refiero a esas palabras en su sentido legítimo. Es decir, a un hombre propio de la modernidad: perfectamente consciente de los mecanismos de la historia, impulsado por la inteligencia y el progreso de las sociedades. Don Lucas el autodidacta navegaba tenazmente bajo los valores del respeto, la responsabilidad y, quizás más importante, el valor supremo de la solidaridad humana, donde la sencillez y la generosidad ocupan un lugar central.

Estas directrices guiaron la personalidad de mi abuelo y sus manías: evocar la fecha histórica precisa, el concepto correcto, insistir en una rutina impecable. Para siempre recordaré ese brillo de vitalidad y astucia en sus ojos, un brillo que me animaba a siempre ser mejor, a siempre progresar.

Que en paz descanse.
Mercedes Reátegui Santillán
Tarapoto, 14 de Marzo de 2019