“Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”, “La imparcialidad es muy difícil para los seres humanos; sus ideas preconcebidas los convierten en fanáticos.”. Estas luminosas frases de Albert Einstein y Serge Raynaud de la Ferrière respectivamente son –lamentablemente- de una actualidad aún sostenida puesto que la ignorancia, los prejuicios, las ideas preconcebidas y la poca profundidad de criterios siguen anegando las mentes de grandes mayorías sumiéndolas en el miedo, el odio y la alienación.
Esta situación se aplica bien al odio manifestado en las inacabables discusiones por razones de los modelos económicos y la problemática socioeconómica mundial como por ejemplo la crisis en Grecia y España, la ofensiva económica Estadounidense contra Rusia, sus diversas sanciones articuladas desde la OTAN, así como su reciente declaración a Venezuela como “amenaza a la seguridad nacional” (un caso más a su inmenso historial de intervenciones, amenazas, ataques y conflictos en todo el mundo durante más de doscientos años).
Todo ello nos recuerda aquella frase del Dr. David Juan Ferriz Olivares en la que señala a los “bloques económicos presionantes” como factores determinantes de las guerras y descontento social en el mundo. Este sabio latinoamericano señala que: “Son demasiados los factores que concurren a elevar la tensión mundial, a crear situaciones conflictivas, ante las cuales se requiere una solución latinoamericana, con reales perspectivas de diálogo, de coexistencia y de paz. LA PAZ YA HA TOMADO LA DIMENSIÓN DE REPUDIO UNIVERSAL A LOS BLOQUES ECONÓMICOS PRESIONANTES Y A LOS BLOQUES DE GUERRA. El derecho a la paz debe ser efectivo mediante educar para la paz, crear opinión pública que aísle y derrote a los factores de conflicto económico, social, cultural, étnico, que pongan en peligro esa paz. Los pueblos deben obrar en nombre de ella, oponerse a ir a las guerras, enfatizar el diálogo para resolver las controversias, reclamar conductas soberanas y prudentes, equilibradas, puesto que la paz debe ser el estado normal del hombre.”
En ese sentido comparto la visión de que en esta Era de la información uno de los mayores derroteros o retos en la educación para las grandes mayorías es lograr la capacidad de discernir adecuadamente para no “ahogarse” en el gran torrente de…información. Es preciso pues discernir lo mejor posible lo que son creencias, informaciones tendenciosas, manipulación de imágenes y datos, etc. no dejándose manipular mentalmente por las “etiquetas” impuestas a modelos económicos, grupos humanos o personas particulares; distinguir lo que son emociones fanáticas de la información imparcial y con visión sistémica no descontextualizada, también tener la capacidad de discernir superando la pereza mental para comprender realmente los datos científicos como parte de un proceso en constante transformación puesto que ya se ha llegado a exclamar facilistamente “la ciencia lo dice”, sin considerar otros factores en el devenir del tiempo y sin el enfoque multidisciplinario del Saber.
Como ejemplo de prejuicios y “etiquetismo” se difunde la idea de que el modelo económico socialista es propio de personas etiquetadas como perezosas, “mantenidos”, poco “emprendedores”, débiles, y también sin un sentido de sofisticación estética, descoloridos, monótonos, ateos, y muchas más etiquetas fijadas en la mente de millones de personas manipuladas por poderosos intereses que dominan desde principios del siglo XX técnicas psicológicas originadas en las teorías psicoanalíticas de Sigmund Freud basadas en las tendencias más primitivas de la psiquis humana de las masas. Lo mismo pasa con el modelo capitalista neoliberal que ha sido etiquetado como propio de personas “deshumanizadas”, “reaccionarios”, “infantiles”, etc.
Toda esa carencia social de una adecuada educación del pensamiento y de herramientas conceptuales para edificar criterios maduros de discernimiento genera pues mayorías prejuiciosas y llenas de dogmatismos políticos, económicos, religiosos, raciales y demás, unidos al miedo y a un pensamiento simplista y generalizante que alimenta el odio.
Es necesario pues –como lo prescribe el Dr. David Juan Ferriz Olivares y otros grandes pensadores- seguir asumiendo operativamente la MISIÓN educadora desde todos los frentes incluyendo la célula familiar hasta los centros de altos estudios para “crear opinión pública que aísle y derrote a los factores de conflicto económico, social, cultural, étnico, que pongan en peligro esa paz”. Por ejemplo podemos desde diversas instituciones organizar foros en los que se exponga alturadamente los diversos puntos de vista sin caer en discusiones sordas y violentas, organizar en todas partes diversas conferencias, simposios, seminarios, etc. en los que se presente clara y didácticamente los diversos enfoques socioeconómicos para formar criterios de avanzada. Hay que tener cuidado con el llamado “pensamiento único” en el que por ejemplo se forma en un único dogma “liberal” sin oportunidad de aprender IMPARCIALMENTE los otros modelos socioeconómicos. Como una reflexión está el hecho de que cada vez más universidades en el mundo forman a millones de estudiantes en este dogma haciendo predominar sin ninguna libertad una visión única y simplista de las cosas.
Asimismo debemos seguir enfatizando la tolerancia, la verdad y la paz como principios capitalizados por ejemplo por fundaciones como la Magna Fraternitas Universalis (ver: www.magnanet.org) con plena imparcialidad remarcando el liderazgo del respeto a la soberanía y a la diversidad de criterios. Por ejemplo, respetar a las naciones que siguen modelos económicos no alineados con los que “predominan” y respetar con una moral universal su forma de vivir.