«El caballero del fútbol colombiano» 

Para ser conscientes que una pelota en el fondo de la red nunca tendrá más valor que la vida misma. 

A menos de dos semanas de que ruede la pelota en #Qatar2022 para darle inicio a la fiesta del Fútbol más Grande del Mundo, son varias las historias de los mundiales pasados las que vuelven a tornar vida, para recordar los buenos y malos momentos que se han escrito en este único libro del deporte. 

Esta historia pertenece al asesinato de Andrés Escobar, El caballero del fútbol, que literalmente dejó la vida por defender los colores de su país en la cita orbital. El telón se abría en Estados Unidos y el año 1994, la selección Colombia había clasificado al mundial, organizado por el país norteamericano, tras realizar una eliminatoria histórica, donde goleó por 5-0 a Argentina en su propio hogar. 

Colombia había quedado en el grupo A junto con las selecciones de Estados Unidos, Rumania y Suiza. El 18 de junio se vieron las caras contra Rumania en su partido inaugural, en este cayeron por un marcador de 2-1, quedando con la obligación de vencer al país anfitrión para mantener vivas las esperanzas de superar la fase de grupos. 

Fue entonces cuando llegó el 22 de junio, Andrés Escobar, quien había jugado contra Rumania, repetía la titularidad ante los norteamericanos. El compromiso inició parejo, ambas escuadras midieron sus niveles durante los primeros 36 minutos, mismo donde llegaría la desgracia. El lateral estadounidense John Harkes envió un centro por el sector izquierdo e intentando anticiparse a él, Escobar se barrió y terminó empujando la pelota en propia puerta. 

El tanto posicionaba a la Tricolor en un lugar donde les tocaba escalar desde bien abajo para remontar y seguir vivos en el mundial, pero otro tanto de Earnie Stewart, finiquitaba la eliminación del combinado nacional con un marcador final de 2-1. En la rueda de prensa pospartido y como si supiese lo que vendría para él tan solo diez días después, Escobar mencionaba que ese error “los iba a matar”, despidiéndose con amargura de la Copa Mundial. 

El tercer encuentro de la fase de grupos contra Suiza fue algo más de trámite para los dirigidos por Francisco Maturana, quienes lograron vencer con un resultado de 2-0 a favor. Andrés disputaría nuevamente el encuentro como titular sin saber que este sería su último en su vida.  

El 2 de julio de 1994, el zaguero comenzaba a pasar la página del amargo capítulo del autogol y para seguir en su proceso de ‘liberación’ decidió ir acompañado de su amigo Juan Jairo Galeano y su entonces pareja Pamela Cascardo a la discoteca El Indio, en la vía Las Palmas, Medellín. Mientras que estos se encontraban disfrutando de la noche, una de las mesas conjuntas comenzó a ‘molestar’ al jugador recordándole el autogol. 

Las molestias obligaron a Andrés a abandonar el lugar, pero cuando llegó a su automóvil, fue abordado por el chofer de los hermanos Humberto Muñoz, quien según lo comentó el periodista Félix de Bedout, le propinó seis disparos y en cada uno de ellos gritaba ‘golazo’. 

Eran las tres y media de la mañana, su novia Pamela condujo a toda velocidad intentando salvar al Caballero, pero con impactos en su pulmón, el estómago, el cuello y el antebrazo izquierdo, su destino estaba escrito en su totalidad. Tan solo 26 minutos después del ataque, Andrés ya había fallecido. 

Hoy, estando a portas de presenciar uno de los eventos más importantes de la historia del deporte, se recuerda aquella historia que también hace parte de los mundiales y que de vez en cuando es importante recordar, para ser conscientes que una pelota en el fondo de la red nunca tendrá más valor que la vida misma.