Por: Tomás Cotrina Trigozo – Gestor Cultural
En un contexto de cambio climático y los incendios forestales, el sector turístico vive horas oscuras.
El cambio eres tú
Los veranos cada vez más calurosos y secos, junto con una intensificación de los incendios forestales, suscitan preocupaciones tanto por la reputación de nuestra región como por el futuro de las actividades relacionadas con el turismo, se necesita una concienciación que vaya más allá de una simple reacción sectorial.
Los efectos inmediatos que el cambio climático y los incendios forestales, van a causar a la actividad turística las cancelaciones de reservas en los hoteles, falta de agua en los servicios turísticos, pérdida del caudal de las cataratas y miles de muertes de animales del bosque, que son los que generan el equilibrio a la madre naturaleza y que afecta directamente la atractividad del destino San Martín, que como destino turístico va comenzar a sufrir.
En estos meses, el cambio climático representa una amenaza existencial para el sector; en las zonas de Lamas, San Antonio de Cumbaza, Cordillera Escalera y otros lugares; los mega incendios de este verano, van quemando más de 700 hectáreas, evidencian una crisis ambiental que corre el riesgo de reducir el atractivo turístico e incluso erosionar la imagen en el Perú.
Con numerosas zonas de bosques secundarios y primarios dañados, se estiman que las consecuencias de los incendios se sentirán durante varios años. Los paisajes y hábitats naturales, que son el núcleo de la experiencia turística, están erosionados por el fuego, lo que plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del lugar. La degradación de los ecosistemas también dificulta atraer a los turistas. Los incendios forestales no son sólo un problema de imagen; también están relacionados con cuestiones económicas cruciales.
En los próximos años, estos incendios emitieran casi cuatro veces más CO2 que la industria en un país como Estados Unidos, vislumbrando una interconexión preocupante entre el medio ambiente y la salud económica del país. El impacto en la calidad del aire constituye otro desafío, ya que limita el acceso a actividades al aire libre para los lugareños y el turista, especialmente en esta parte de la zona del bajo mayo, donde el humo de los incendios va tener repercusiones sanitarias significativas.
Frente a esta alarmante situación, el sector turístico se ve obligado a repensar sus estrategias.
La adaptación se convierte en un imperativo, no solo para preservar los atractivos naturales, sino también para asegurar los vínculos económicos que dependen de la visita. La concientización y educación de los visitantes sobre los impactos ambientales son esenciales para fomentar un turismo sostenible y respetuoso con los ecosistemas en peligro. El turismo se derrite. Es hora de actuar y generar cambios radicales en bien de la Naturaleza; TÚ ERES EL CAMBIO.