Por: Segundo Vicente Calle
Brasil está en camino a convertirse en la sexta economía del mundo, con una proyección de 6 billones de dólares. Asia, liderada por China, India y Japón, concentrará cerca de 80 billones del PBI mundial. China sola, con 44.4 billones, se consolidará como la mayor economía global. En este nuevo orden económico, el Perú tiene una oportunidad estratégica ineludible: la Amazonía.
La región amazónica peruana en especial San Martín se convierte en el paso obligatorio para que el comercio brasileño acceda a los mercados asiáticos. Aquí está el reto. Aquí está la oportunidad. Pero ¿estamos listos? ¿Qué estamos haciendo, como autoridades, sociedad civil, colegios profesionales, gremios de productores y pueblos originarios, para convertirnos en ese eje logístico y de servicios de clase mundial?
Una infraestructura precaria.
En vez de avanzar, retrocedemos. Nuestras vías terrestres están en pésimas condiciones. La carretera hacia Lima y el puerto de Chancay, por el sur, y la del norte, están restringidas. No tenemos conectividad aérea, digital ni eléctrica. Tarapoto, Moyobamba, Juanjuí, Tocache, entre otras ciudades amazónicas, enfrentan crisis de agua y saneamiento.
Mientras tanto, nuestros agricultores pierden sus cultivos por lluvias intensas o sequías extremas. Café, cacao, maíz, papaya, naranja, ganadería… se están yendo al abismo. Y la amenaza de incendios forestales crece con cada temporada. El campo está devastado.
Es ahora o nunca
Proponemos la creación urgente de una Autoridad para la Reconstrucción y Puesta en Valor de la Amazonía. Porque sin seguridad no hay inversión, sin agua no hay vida, y sin selva no hay futuro.
El 60% del territorio nacional es amazónico. Y representa una biodiversidad única, una reserva hídrica de escala mundial, y un capital cultural y ecológico invaluable. Las áreas naturales protegidas y los territorios indígenas, que juntos cubren el 51% del territorio amazónico, son nuestras mejores defensas contra el cambio climático, Sin embargo, la deforestación, la minería ilegal y la impunidad avanzan.
La “gallina de los huevos de oro” está en peligro
Ejemplos sobran. La laguna Sauce agoniza por la deforestación de sus cabeceras y la contaminación de sus aguas por hoteles y restaurantes. Si seguimos así, es corto el tiempo de vida que muestran varios estudios, la laguna de Sauce puede desaparecer.
En el Alto Mayo: “Nos estamos disparando a los pies”.
Peor aún, recientemente se construyó un puente ilegal dentro del Bosque de Protección Alto Mayo, zona clave para la conservación del agua en San Martín. Este acto viola la Constitución, la Ley de Áreas Naturales Protegidas y su Plan Maestro. Se afectó la quebrada Jordania, naciente del río Mayo, ubicada en zona silvestre y de recuperación, donde están estrictamente prohibidas las actividades humanas e infraestructura. Nadie se ha pronunciado. Están validando un precedente nefasto para todas las áreas protegidas de la Amazonía y del país.
Lo más alarmante: ninguna autoridad se ha pronunciado. Ni la FEMA, ni el gobernador regional, ni los alcaldes. Silencio cómplice. Inacción total.
¿Hasta cuándo?
¿Es tanta la ambición? ¿Cuántos atractivos naturales están condenados a desaparecer? ¿Cuántos ríos deben secarse? ¿Cuántos agricultores deben quebrar para que las autoridades políticas, judiciales militares, policiales y dirigentes reaccionen?
San Martín está en emergencia, si no actuamos hoy, que quedara tiempo ni para el llanto.
Dato: esta de moda discutir la conectividad, de San Martín con el país y el mundo, por falta de visión y compromiso “Así no vamos a Chancay, menos a Shangay”.