Entre burlas y desaires oficiales
Por: Carlo Augusto Pérez Pérez – comunicador del diario Voces.
Nuevamente, haciendo gala de su vocabulario abstruso y sacando a relucir su frecuente delirio pirómano, el gobernador regional de San Martín, Walter Grundel Jiménez, se abalanzó con tono despectivo y burlesco contra el alcalde de Juanjui Esteban Irene García, haciéndole pasar tamaña vergüenza que pudo observarse en su sonrojado semblante.
El desaire al burgomaestre juanjuino, ocurrió durante la ceremonia de colocación de la primera piedra para el inicio de la obra de mejoramiento del colegio Eduardo Peña Meza de Juanjuicillo, en momentos que Grundel saludaba a las autoridades del palco de honor.
“Saludo…a mi amigo Wagner Pinto Ríos, consejero de Bellavista, también está trabajando, “pero hay que meterle más cuete”. Igual que al alcalde acá que tengo al costado- ¡Irene! – que está que se duerme. ¡Hay que despertarlo a este señor y que sea más ejecutivo, y que se despercuda de la gente que tiene en su entorno! ¡Así es, hay que hablar las cosas claras!”, expresó con chacota el mandatario regional, lo que también provocó la pifia y el abucheo del público hacia Esteban Irene.
Pero no solo esto. También fue evidente el revés y desplante a la investidura del alcalde juanjuino en el estrado oficial. Como anfitrión principal del pueblo, debía ubicársele en la mesa de honor junto al gobernador.
Sin embargo, se le sentó en un lugar no adecuado que no se condice con las precedencias y el orden que se maneja en las ceremonias protocolares. De eso saben perfectamente los encargados de Imagen y Relaciones Públicas del GORESAM-de quienes no dudo su conocimiento y experiencia en el tema.
Pero conociendo el talante irascible y autoritario del “jerarca regional”, todo hace suponer que fue él quien habría pedido no estar al lado de la autoridad juanjuina, lo que ya resulta preocupante ese nivel de fricciones y provocaciones que perjudican las correctas relaciones y coordinaciones entre el gobierno regional y la gestión municipal.
Lo censurable es que Esteban Irene García toma este agravio como una broma propia del gobernador “cuetero”, sin tener la capacidad de reacción para dejar plantado su posición ante tantos arrebatos del “emperador” regional.
De verdad, es muy lamentable el bajo nivel de las presentaciones oficiales del gobernador –quien debe ser el primero en dar muestras de excelencia y coherencia en su discurso, así como de una imagen de cortesía, seriedad, respeto y prestigio en los actos que preside.
Sus exposiciones se han convertido en todo un espectáculo mediocre, “circense” y un “hazmerreír, donde prima el ridículo y las posturas extravagantes de la autoridad regional, que –a propósito- aún no encuentra el rumbo para dar direccionalidad a su gestión y así encarar los gravitantes problemas de la región, como la corrupción, el tema ambiental, la inseguridad ciudadana, el limitado acceso a una educación y salud de calidad que afectan a los sanmartinenses.
En tanto, el jefe del ejecutivo regional para compensar su incompetencia, mediocridad y pedantería, hace presa de la actitud informal, displicente y timorata de una autoridad municipal como Esteban Irene García, que igualmente parece no estar a la altura de las circunstancias que exige la provincia de Mariscal Cáceres, que requiere de un liderazgo político serio, más actuante y sin demagogias.
Por otro lado, nos parece auspicioso la construcción de la nueva infraestructura del colegio Peña Meza, un hecho digno de celebrar por cuanto este anhelo soñado por muchos años por fin se hace realidad con una inversión de más de 14 millones ¡Hasta ahí todo bien!
Pero no me parece justo y honesto que se pretenda divinizar y personificar a alguien en particular en torno al logro de esta obra, como si esta fuera una dádiva y un favor que se le está haciendo a los actores educativos y la población beneficiara. Por ejemplo, la autoridad regional, dijo: “Gracias a él se hace realidad esta obra”. Y eso tiene un nombre: “aprovechamiento político”.
Debe entenderse que las obras públicas como la construcción de un colegio, hospital, puente, una carretera, es un derecho social elemental que tiene el pueblo para mejorar su calidad de vida; por lo que no es ético atribuir su conquista o ejecución como un regalo personal del alcalde, del gobernador o del presidente de la república. Estos están puestos en sus cargos de responsabilidad para servir al ciudadano de a pie, en especial a los más pobres y vulnerables, y no para satisfacer sus intereses de figuración y ambición de poder.
En consecuencia, las obras vecinales y locales de poca o gran envergadura se realizan con dinero de todos los peruanos y no con los recursos de los burgomaestres, gobernadores y presidentes.
Así que cambiemos esa mentalidad asistencialista, paternalista, vana y ociosa sobre el verdadero concepto del rol del Estado y el Gobierno para no ser presa fácil de la manipulación
He dicho.