
Palestina es un lugar mágico, con un encanto que la hace hasta sagrada. No hablo de la lejana Palestina de Medio Oriente, sino de algo mucho más cercano. Me refiero a la Palestina de Rioja.
En el distrito de Nueva Cajamarca, saliendo un poco apenas de él, está ella, con su río Jordán de aguas cristalinas, flanqueándola (y felizmente sin ningún Israel o Hezbolla cerca).
Las cuevas de Palestina son un ejercicio para la imaginación. En las figuras de su interior se pueden observar tantas formas, hasta un matrimonio con un sacerdotes y los novios, además de los comensales.
Finalmente, todo se cierra con un espectacular mariposario, en donde encontrarás la maravillosa existencia de este ser desde que es procreado.