En esta tarde de domingo con lluvia- en que escribo estas líneas–, acabo de leer “114 cartas de César Vallejo a Pablo Abril de Vivero” y las 37 misivas que éste le respondiera. (Editor, Juan Mejía Baca, 1974) Me llamó la atención dos frases que remarca Juan Manuel Castañón, quien fue el que hizo el prólogo y que señala lo expresado por el poeta universal a su partida a Europa: “Me lanzaré al azar” y “Cuando yo me muera de vida y no de tiempo”.
En estas epístolas, destacan la amistad que los une y agradecen la ayuda entre ambos, para salvar sus días. Entre los años 1892 hasta 1938, el mundo no tenía las condiciones de salud que se tiene hoy en día. En el Perú de esa época, los hospitales carecían de los recursos y tecnologías actuales. Europa (París, Francia, sobre todo) era un mundo donde las condiciones estaban a merced del capitalismo emergente, donde todo cuesta; hasta el saludo; como en toda urbe; no como en nuestros pueblos que todavía se paga con un “muchas gracias”. La Organización de las Naciones Unidas – después de la segunda guerra mundial- y sus diversos entes (OMS, FAO, etc.) consideran que hay motivos para tener una nueva esperanza de vida.
“La esperanza de vida es un índice (porcentaje) que se toma en cuenta para determinar cuánto se espera que viva una persona en un contexto social determinado”. Este índice dependerá del sexo, nivel de educación, de las condiciones sanitarias, de las medidas de prevención, del nivel económico, de la atención de la salud como política de estado, etcétera. Entonces, “la esperanza de vida o expectativa de vida es la media de la cantidad de años que vive una determinada población absoluta o total en un cierto periodo”. Se suele dividir en masculina y femenina, y se ve influenciada por factores como la calidad de la medicina, la higiene, las guerras, entre otros factores. Actualmente se hace referencia únicamente a las personas que tienen una muerte no violenta. Aunque la media mundial es de 69 años (en 2010), existen diferencias abismales entre las distintas zonas del planeta. En Europa y América del Norte la media es de 73 años, en Oceanía es de 71 años, en Latinoamérica es de 70 años, en Asia es de 61 años y en África es de 55 años.
Imagínense que hubiera sido de César Vallejo con todos los adelantos médicos; talvez ya no lo tuviéramos muerto de vida, sino, muerto de tiempo. Aunque sí se lanzó al azar de la vida, como lo hacen todos los que salen a otras latitudes, a buscar trabajo y mejorar sus condiciones de vida. Grande Vallejo, poeta hipersensible, torturado y hermético. Leer las cartas donde Vallejo le solicita préstamos de dinero, a su amigo Pablo Abril de Vivero (1894-1987) que era un diplomático peruano y aspirante a poeta, hermano del también poeta Xavier Abril, es bellísimo. El poeta le anuncia que le devolverá cuando le paguen por sus escritos en diversas publicaciones periodísticas y de la beca que le daría el gobierno.
Me imagino que, el diplomático, lejos de toda suspicacia le manifiesta a mi entender…me basta tu amistad franca y sincera…esa que no tiene precio, sino valor espiritual, de hermandad…más allá de la efímera valoración monetaria, porque ésta se consume, se gasta…la otra perdura en los confines del alma, donde no llega la hipocresía.