Muchos han opinado a través de las redes sociales sobre el fenómeno de Julio Guzmán y sus protestas en contra de la decisión de los entes electorales. Pero las protestas, tal como ha quedado evidenciado, no son más que minúsculas expresiones de una organización sin organización. De un movimiento solo de caretas en las redes sociales. De un activismo ficticio.
Lamentable es que la organización de Guzmán no haya sido capaz de adecuarse a los procesos legales para candidaturas a nuestro país. Pero más lamentable sería que un partido sin organización, sin democracia interna y con financiamiento empresarial buitre, controle nuestro país.
Dicen que Guzmán debe seguir, sino ganan los apristas y los fujimoristas. Ese razonamiento me parece por demás ridículo, porque Alan es un patético residuo del aprismo que lleva a su barco a la ruina y Keiko se parece cada día más a Lourdes Flores Nano por pasar siempre a segunda vuelta pero nunca ganar. Ahora, ¿realmente crees que los apristas o los fujimoristas van a ganar las elecciones? En este escenario es evidente que no.
Siendo justo, considero que la organización política más saludable para nuestro país sería la de Acción Popular, con un líder de discurso coherente, aunque yo votaré Verónika Mendoza, en cuya lucha creo sin pretextos. Pero Guzmán es una recreación de un revolucionario que ama al TPP (no al partido, sino al tratado que amenaza con limitar el ingreso de genéricos al país)…
Que piensa en no respetar la Consulta Previa que costó tantos muertos para su promulgación (decir que no la respetará es una agresión a nuestra memoria inmediata).
Que habla de regalarnos a Israel (e incluso habla de engatuzar la opinión política de todos los líderes de Latinoamérica a través de un tratado de libre comercio). Luego dice que se le pasó la mano, cuando le cuestionan por llamar amenaza a los islamistas de nuestro país, como si fuesen terroristas por solamente tener una religión distinta a la judía.
El fujimorismo y el aprismo no van a ganar, pero bajo ese pretexto, tampoco podemos ponernos bajo riesgo de tener un candidato que solo es una creación en los laboratorios de Yambal, con maquillaje y perfume incluido, lo que sería realmente desastroso para nuestro país. Su organización es aun más endeble que la del nacionalismo cuando ingresó, que no pudo colocar siquiera un funcionario durante meses en la región.
Las imágenes de sus protestas “populares” sin gente, son las que aclaran cifras maquilladas en las encuestas y sobre todas las cosas una organización deficiente, sin candidatos al parlamento, con improvisación por todos lados y con personajes que parecen salidos de un cuento de terror futurista sobre el dominio corporativo (como sale a decir el fundador de su partido: que no debemos elevar el sueldo mínimo durante un gobierno de Guzmán por lo terrible que representaría… para la empresa privada)… Guzmán no es creación de Nadine (cosa en la que solo un aprista obsesivo puede creer), a pesar de ello, ambos tendrían gobiernos siameses…