Un punto crítico que se advierte es que estos exóticos proyectos inmobiliarios, al ser terrenos rústicos, no cuentan con servicios básicos como agua y desagüe.
En Sauce la pérdida de cobertura arbórea alrededor de la Laguna Sauce entre 2015 y 2022, alcanzó las 113 hectáreas. Esta cifra equivale a más de un millón de metros cuadrados.
Sin embargo, igual son promocionados con alucinantes imágenes de construcciones de casas sembradas cerca a lagunas o montes amazónicos, cual modernas edificaciones de Miami.
La presión inmobiliaria alcanza la Amazonía. Desde el inicio de la pandemia, San Martín no solo ha tenido un incremento en la pérdida de sus bosques, sino también el aumento de proyectos inmobiliarios y venta de lotes, en predios que antes eran rústicos y se encuentran cercanos a lagunas.
El interés también se evidencia en las más de 250 empresas de los rubros arquitectura e ingeniería, creadas a partir del 2020.
Laguna Azul: el principal atractivo turístico de Tarapoto y la región, desde tu ventana” o “El nuevo Miami en la selva peruana” son dos de las formas en las que empresas inmobiliarias ofertan casas en el corazón de la Amazonía del Perú.
El aumento comercial de “áreas verdes y ecológicas” – como se describe la oferta de un terreno frente a la laguna Ricuricocha – ocurre cuando la pérdida de bosques también alcanzó cifras históricas en toda la Amazonía.
En 2020, la provincia de San Martín registró casi 3.000 hectáreas deforestadas, una cifra 38,9% más alta respecto al 2019. Mientras que, en la provincia de Moyobamba, otra zona preferida para la venta de lotes, la deforestación casi se triplicó en el mismo período.
Las ofertas varían de acuerdo a la ubicación de los proyectos, pero en todos se destaca el paisaje y áreas verdes de los alrededores.
El año pasado en San Martín se triplicó el número de compañías registradas para estos dos rubros, respecto al 2020.
Para tener una mejor mirada del consultamos a expertos urbanistas para entender los riesgos en la Amazonía a causa del aumento de propiedades privadas que en el pasado eran territorios usados para actividades agrarias. Además, se revisaron las normas vigentes para construir estos predios urbanos y conoció, a partir de entrevistas con instituciones públicas, las debilidades que presenta el sector.
La arquitecta urbanista del centro de investigación Urbes Sharo López Javier, sostiene que, si bien la academia en los últimos años se ha enfocado en ver como causas de la deforestación a diferentes actividades extractivas, se ha dejado de analizar sobre lo que genera la “producción del espacio urbano” y sus consecuencias en la Amazonía.
“Se están construyendo ciudades sobre zonas donde el suelo es delicado y no solo deforestando, sino que también flora y fauna están siendo afectadas. Estamos quitando el hábitat de una fauna que a veces está en extinción y eso también llega a ser dañino”, agrega.
Y otro punto crítico que se advierte de esta exploración periodística es que estos exóticos proyectos inmobiliarios, al ser terrenos rústicos, no cuentan con servicios básicos como agua y desagüe. Sin embargo, igual son promocionados con alucinantes imágenes de construcciones de casas sembradas cerca a lagunas o montes amazónicos, cual modernas edificaciones de Miami.
A un cuarto de hora en auto desde Tarapoto, capital de la provincia de San Martín, dos proyectos inmobiliarios -además de descuentos a partir de la compra de más de un lote- promete a sus potenciales clientes una ubicación frente a la laguna Ricuricocha, uno de los principales atractivos turísticos de la región. Vista Laguna, a cargo de Ecovita Inmobiliaria, ofrece desde hace cinco años terrenos de 600 metros cuadrados de suelo rústico a USD 6.900.
Esta empresa, con actividades desde 2017 y sede en Lima, indica en su publicidad que los terrenos están ubicados en un área de “rápido crecimiento económico y turístico” que, además, se convierte en una alternativa “excelente para casa de campo o futura inversión”. Esta zona tarapotina ha tenido otras iniciativas inmobiliarias que plantean construcciones alrededor de la laguna Ricuricocha, un lugar donde en el pasado autoridades locales han advertido sobre el impacto del incremento de construcción de viviendas.
Un segundo proyecto identificado es la Residencial El Golf de Ricuricocha Grupo Inmobiliario, una firma con un trabajador en planilla y creada en 2021 en la región San Martín. En recientes publicaciones, esta empresa promociona la venta de tres lotes rústicos de 160 metros cuadrados por S/25.000, unos USD 8.300 al tipo de cambio vigente.
Además, en la zona de la laguna, esta inmobiliaria anuncia con la venta de lotes de 1.000 y 2.000 metros cuadrados el lanzamiento de Runakay Resort, planeado para que 480 personas convivan en 36 hectáreas de territorio. No hay mayor detalle sobre la construcción ni fechas de entrega de las viviendas.
Por su parte, Ciudapolis Innova —activa desde 2021 y con oficina en Lima— invita a sus clientes a invertir en el “proyecto inmobiliario más grande e importante de la historia del Perú en los últimos años”. Detrás de este ambicioso anuncio se encuentra su propuesta de condominio Prana Lagoons, localizado al lado de la laguna Ricuricocha y con lotes rústicos de 500 metros cuadrados a USD 33.500. Como en los ejemplos anteriores, en su publicidad, la empresa no brinda un tiempo estimado para la instalación de las edificaciones.
Sonia Delgado, doctora arquitecta y docente de la maestría en Cambio Climático de la Universidad Científica del Sur, dijo que se debe analizar el contexto del lugar para conocer el potencial impacto de construcciones cercanas a lagunas. Sin embargo, destacó que estas instalaciones tienen «implicancias en el hábitat natural» debido a que no hay presencia del ser humano en la zona.
«Dentro de los ecosistemas puede alterar algún equilibrio ecológico. Por eso, son necesarios los estudios de impacto ambiental. Por otro lado, también debes ver cómo será el recurso del consumo de la propia población y de dónde van a sacar el agua para el uso doméstico», agregó.
Pérdida de cobertura arbórea, la laguna Ricuricocha, entre 2015 y 2022, registró una pérdida de 85 hectáreas de cobertura arbórea. Esta cifra equivale a más de 3.400 lotes de 250 metros cuadrados cada uno, dimensión común en la venta de las empresas revisadas.
En otros puntos de San Martín también se evidenció interés por el desarrollo inmobiliario. En el distrito de Sauce, la empresa Ponacocha EIRL —operativa desde fines del 2020 y con sede en Tarapoto— oferta lotes de 800 metros cuadrados por USD 20.000, con la promesa de integrar un condominio ecológico que tendrá un acceso a más de 30.000 metros cuadrados de “áreas naturales privadas” y una vista a la Laguna Azul o Sauce, principal atractivo de la región.
En Sauce también analizó la pérdida de cobertura arbórea alrededor de la Laguna Sauce y detectó que, entre 2015 y 2022, alcanzó las 113 hectáreas. Esta cifra equivale a más de un millón de metros cuadrados.
Si bien la deforestación puede estar relacionada a otras actividades en la zona como la agricultura y la tala ilegal de árboles, los niveles más altos se registraron en los primeros dos años de la pandemia, época en la que también hubo mayor incremento en la creación de empresas del rubro arquitectura e ingeniería en la región San Martín.
En Moyobamba, la Inmobiliaria Santa Yamileth SAC, creada en marzo del año pasado, anuncia lotes de 250 metros cuadrados por USD 1.200 como parte de la implementación de su proyecto Club Resort Dayron que, según su publicidad, contará con una piscina, una laguna artificial, gimnasio al aire libre, entre otros.
Para el decano del Colegio de Arquitectos de San Martín, Máximo Vilca García, el crecimiento urbano va a ocurrir “sí o sí” pero las autoridades deben estar alertas para “definir una estructura vial que va a tener la ciudad” porque, de lo contrario, luego puede enfrentarse a un desorden “para transitar de un punto a otro de la región”.
Vilca García también señala que las autoridades locales deben tener una prioridad en la mejora de “calidad de servicios” para estar preparada ante la inminente ampliación de la ciudad. “La municipalidad debe estar visionando ese crecimiento y tener también terrenos para parques zonales, que es un déficit actual. Estamos rodeados de ‘verde’ pero en la ciudad no”, comentó. Fuentes: MVSC-Ojopúblico-Infobae