“La política agrícola actual no está considerando los impactos ambientales de la deforestación”. Mariano Castro
Los siniestros que arrasan la Amazonía no solo causan daños ambientales y humanos, también abren puertas a actividades ilícitas. Según Mariano Castro, exviceministro del Ambiente, las áreas quemadas se transforman en espacios propicios para la minería ilegal y el cultivo de coca, entre otros efectos silenciosos.
Exigen a la presidenta Boluarte que declare en emergencia la Amazonía tras el devastador impacto de los incendios forestales en los días recientes: 10 muertos, 96 heridos y 1.876 damnificados.
De acuerdo al Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), los siniestros han arrasado a la fecha 1.495 hectáreas de cultivo y afectado otras 1.264 hectáreas.}
En ese contexto, los territorios de los pueblos indígenas también son azotados. En las últimas horas, la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), que representa a 2.439 comunidades amazónicas, ha hecho un llamado de urgencia para que se tomen acciones efectivas a fin de controlar la emergencia.
Pues, el fuego ya genera daños irreparables en sus tierras ancestrales y la posible expansión de economías ilegales, tales como la minería ilegal y el narcotráfico.
Mariano Castro, exviceministro del Ambiente plantea diversos impactos, los cuales pueden servir como un catalizador en regiones vulnerables para la expansión de economías ilegales, por ejemplo.
Según el especialista, las áreas devastadas por el fuego a menudo pueden convertirse en espacios propicios para la minería ilegal y el cultivo de coca.
Esto ocurre porque los terrenos quemados ofrecen una oportunidad para expandir estas operaciones en grandes extensiones de tierra, que se vuelven más accesibles tanto para excavar, en el caso de la minería, como para cultivar, en el caso de la coca.
Ambas actividades contribuyen a la deforestación acelerada y contaminan el suelo y el agua, afectando negativamente la biodiversidad y las comunidades.
“Las áreas devastadas por el fuego a menudo se convierten en espacios propicios para la minería ilegal y el cultivo de coca, la tierra se vuelve más accesible tanto para excavar en el caso de la minería como para cultivar en el caso de la coca. Hay intervención de minería ilegal, cultivos ilícitos, así como también prácticas agrícolas que ocasionan deforestación. Esta confluencia de actividades ilícitas está dañando y agravando las condiciones”, resalta Castro.
“No se trata solo de responsabilidad de los campesinos”
Por otro lado, Castro no escatima críticas hacia el actual ministro de Agricultura, Ángel Manero, abordando varios temas cruciales sobre la gestión ambiental y la política agrícola en el contexto del cambio climático y los incendios forestales. “La política agrícola actual no está considerando los impactos ambientales de la deforestación”.
Sumado a eso, agrega que esta deforestación no solo es consecuencia de los incendios, sino de prácticas agrícolas insostenibles y el uso excesivo de pesticidas y agroquímicos. Ante ello, Castro insiste en que “la política alimentaria debe adaptarse a estas condiciones para no causar más daño”.
En ese sentido, considera que Manero está fallando en su responsabilidad de liderar y gestionar adecuadamente el sector forestal, puesto que demuestra una falta de compromiso y acción frente a una crisis que está directamente bajo su sector.
“No se trata solo de responsabilidad de los campesinos, sino del sector en general. El sector tiene que realizar acciones para corregir las prácticas agrícolas que causan daños, pero no prioriza los bosques, no le da interés. Eso hay que cambiarlo”, enfatizó.