Han salido mil pruebas a la luz desde que se empezó a discutir este tema. Keiko realmente ha faltado a la ley de Partidos Polìticos al haber entregado dinero en efectivo a los ganadores de un evento, pero además se vieron imágenes en las que están regalando comida, vívieres y demás a familias humildes de nuestro necesitado Perú.
A pesar de la contundencia de los hechos, nada parece frenar a las intenciones del ente electoral de actuar con un evidente favoritismo a favor de la candidata del fujimorismo, cuyo pasado preocupa, y más aun la balanza tan extrañamente dirigida.
Es por ello que en muchos lugares del país se ha determinado realizar una protesta. Entre esos lugares se encuentra la región San Martín en donde ayer se ha formado un colectivo que tiene como pretensión llevar adelante una movilización el 5 de abril, el día del golpe civil protagonizado por Alberto Fujimori, padre de la candidata Keiko.
Si bien es cierto, podemos estar de acuerdo con la protesta, esta no debe llegar a romper la democracia que a medias subsiste en nuestr país, pues de lo contrario estaríamos enfrentándonos contra lo que luchamos: la renovación de una temporada de dictaduras que nada bien nos hacen. Algo de eso se ve suscitándose en todo el continente, una inestabilidad que nos hace pensar en el fin de la temporada democrática bajo el influjo de una especie de primavera latinoamericana, como la que destruyó el norte de África y parte de Medio Oriente hace algunos años. Esperemos que los extremos no lleguen a quebrarnos. La esperanza debe estar en la marcha, la esperanza en todos sus extremos, incluso en los de mantenernos libres, incluso de nuestras propias ataduras.