Por Willian Gallegos Arévalo
Tanta verdad encierra la frase del jefe indio Noah Sealth, que dice: «Solo cuando el último árbol esté muerto, el último río envenenado y el último pez atrapado, te darás cuenta que el dinero no se come». Y, sin pretender hacerlo trágico, a eso ya estamos llegando. Desde el año del 2003 vengo proponiendo al gobierno regional de San Martín que declare en emergencia el sistema hidrológico de San Martín, y también a la actual gestión. En febrero del 2010 recomendé a la Dirección Agraria de San Martín “que, dentro del tema del uso sostenible de los recursos hídricos es conveniente un debate de alcance regional a fin de que se realice una planificación concertada del uso del agua (…), toda vez que los cauces de los ríos alcanzan caudales ínfimos en el estiaje artificial producido por la utilización descontrolada e indisciplinada del agua para riego afectando la sostenibilidad y el paisaje al que todos los ciudadanos tienen derecho (…) y que amerita tomar acciones perentorias”.
Rescato la apreciación del ingeniero Kennedy Pacífico Farje Alva, quien dice que “la actual crisis hídrica es una oportunidad” para implementar acciones que lleven a mitigar el actual problema del agua. Sin embargo, debe hacerse a partir de acciones globales y que el Gobierno Regional decida DECLARAR EN EMERGENCIA EL SISTEMA HIDROLÓGICO DE LA REGIÓN SAN MARTÍN, pues, solo a partir del manejo integral del agua, respecto a todas sus implicancias, podremos encontrar una solución. El gobernador regional, don Walter
Grundel Jiménez deberá tener en cuenta que el Comité de Gestión Regional Agrario -CGRA es la instancia de coordinación intergubernamental donde se deben tomar acuerdos y consensos para implementar las políticas públicas respecto a los aspectos agrario, forestal y ambiental: el agua, principalmente. Y ya no es necesario formar más mesas técnicas, pues los acuerdos del CGRA son vinculantes. Y aquí es donde deben entrar a tallar los gobiernos locales, y no lo están haciendo, lo que constituye una omisión muy grave a sus funciones y responsabilidades.
Esta tragedia del agua debe llevarnos a discutir la importancia del bien común. Debe llevar a replantear la visión de nuevos escenarios porque ya nada será como antes. En el Plan de Trabajo del CGRA ya se ha venido insistiendo sobre la necesidad de ejecutar las acciones de la cosecha de agua y las referidas a la adaptación y mitigación al cambio climático. O sea, no hay nada que descubrir. La autoridad regional deberá replantear decisiones como la intención de construir la carretera Moyobamba-Balsapuerto, que no es más que “una apuesta por la destrucción de la Amazonía”, como lo expresó el ingeniero Luis Pretell Paredes, en un artículo publicado en el diario VOCES, del 22 de marzo del 2017.
El problema hídrico debe verse de manera global y no solo es agrario, teniendo en cuenta los 11 principios que se expresan en la Ley de Recursos Hídricos, incidiendo en la importancia de mantener los caudales ecológicos, que debe ir más allá de lo expresado en la norma, lo que será una verdadera revolución. Las sugerencias están planteadas. Don Walter Grundel Jiménez y los alcaldes tienen la palabra. (Comunicando Bosque y Cultura).