Semana decisiva para remontar el drama de la pandemia, reemplazar la cuarentena estricta, replantear la contención contra el virus en el seguimiento de los infectados y reforzar la atención en primera línea con más oxígeno. No hay nada que celebrar, las 300 mil dosis no alcanzan para vacunar a las 420 mil personas del equipo de salud. Lo más importante: renovar en el equipo ministerial a las Señoras Violeta Bermudez y Pilar Mazzetti, quienes no han sumado nada y han demostrado poca capacidad de gestión, sobre todo la presidenta del Consejo de Ministros, representante de un colectivo muy activo desde la laptop, pero cero resultados en los hechos.
Los reflejos tardíos generaron protestas y desobediencia. Las primeras no fueron propaladas ni cubiertas por los medios de información (fueron cuatro, con concentración en la plaza San Martín: 28, 29, 30 y 31 de enero) lo que evidencia un sesgo peligroso y una posición política en un grupo de periodistas. Las marchas de reclamo no pueden ignorarse o hacerlas heroicas por el trasfondo político.
La desobediencia es consecuencia del descredito de los últimos años de la figura presidencial y la estela de corrupción en los que operan como políticos y funcionarios del estado. Francisco Sagasti agrega la poca preparación que tienen buenos profesionales y tecnócratas para hacer gestión pública y la poca sensibilidad para releer qué rumbo tomar.
Las contradicciones, los silencios y mentiras en las acciones contra el covid-19 no pasaran por “agua tibia”, hay un costo político y moral que tendrá que asumir el grupo que está detrás del ingobierno del grupo de Sagasti, que en las últimas décadas ha estado presente en muchos gobiernos y es muy activa para la crítica y los cargamontones.
La vacuna es un gol de honor en tremenda goleada de errores, desde una mala comunicación del gobierno, hasta las discrepancias internas por querer comprar cualquier vacuna con tal de salvar la vergüenza nacional de estar últimos en la cola. En ese contexto hay que preocuparnos por la otra cara del problema que es la economía y el trabajo. La otra “pandemia” del desempleo y pobreza tendrá una segunda y no vemos que se esté haciendo algo al respecto.
Hay que decirle al señor presidente que su gobierno no dice la verdad, como afirmó en su mensaje y que será un día especial para él y sus ministros que no esperaban la vacuna hasta fines de marzo. La esperanza de los peruanos está en sus decisiones y cómo nos cuidamos para no enfermarnos.
Ya no importa si es un gobierno del Partido Morado, importa que cumplan y logren el primer paso, evitar el contagio con el arma científica de la vacuna para seguir con otras acciones, incluso la medicina natural y tradicional. “El Perú es un país más grande que sus problemas” (Jorge Basadre) y así será a pesar del político de papel que ofrecen, que engaña y roba.