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domingo, febrero 9, 2025
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La vida más que simple existencia, es dura prueba

Por Ricardo quevedo

El libro de Carlos Arce,  tiene una temática de testimonio a través de varios personajes y episodios, resaltando lo que significa la vida y sus permanentes pruebas por diversas acciones que son originadas muchas veces por la propia persona, y algunas veces por terceras, originándose así situaciones externas de influencia negativa en las personas.

Pero sea de la forma que sea un problema, considero que ese problema  pequeño o grande, siempre será una prueba, como que la vida estaría dándonos la oportunidad de remediar cosas, de rectificar aprendizajes a veces equivocados, pero que en el fondo las cosas ocurren porque la vida se nos está dando una prueba para ver hasta dónde somos capaces de enfrentar realidades diversas de la vida, que va desde lo social, lo profesional, lo económico, hasta lo emocional.

Cada relato tiene un personaje que es el elemento ejemplar a través de su testimonio, por ejemplo, el relato de un personaje ejemplar,  de nombre Elbon  de conducta intachable, que no hizo nada a nadie, pero que un día lo encontraron sin vida, producto de la insania de cierta gente miserable, que no mira ningún sano interés más que lo económico.

El autor hace mención también del sano cariño de su recordada maestra Julia, que en una oportunidad dice el autor: “Nos confundimos en un abrazo infinito, se enrojecieron nuestros ojos, pues su amor era celestial, parece como si el dolor no le afectara”. Esto recuerda el autor de su querida maestra que padecía de tuberculosis, y que él al encontrarla de muchos años, ya frisaba los 19 años.

Por ello en reconocimiento de esa labor pedagógica de su maestra, el autor testimonia lo siguiente cuando dice: “que los maestros son los pilares de la prosperidad del país y la maestra Julia es el paradigma, eso jamás deben olvidar, amigos presentes. Les agradezco vuestra asistencia y recuerden venerar con devoción a aquellos que como ella, dejaron y dejarán su inconfundible corazón vivido”…

A poco tiempo de enterarse de la partida de su maestra, la dedicó los siguientes versos: “Te has ido maestra/ pero te quedas/ te quedas en mí, en mí/ en todos/ te quedas como símbolo de amor/ te quedas aquí en mi corazón”.

Recuerda también al padre ya fallecido diciendo lo siguiente: “Me dio cariño, me atendió las necesidades primordiales. Me inculcaba utilizando las frases de afecto que suelen decir todos los padres conscientes de su rol; y también algunas veces me aclaraba quien era el que mandaba. En ocasiones sus manos ásperas me daban palmadas en el hombro para alentarme, ¡Bien hijo!

El autor hace mención también de su paso por el Proyecto Educativo Regional que compartió juntamente con un grupo de docentes experiencias de aprendizajes pedagógicos. Programa este a cargo del Gobierno Regional de San Martín, que tiene un presupuesto permanente para los programas educativos, pero que en la práctica muchas veces se va para los gastos corrientes en docentes  que tienen el cargo  de “capacitadores”.

Mención aparte, fuera del comentario del libro que me honro hacerlo. Me pregunto  ¿A quién capacitan? El docente no es un discapacitado mental, ahora de que tenga limitaciones de habilidad y de carácter cognoscitiva, es ya otra cosa. Únicamente lo que debe trabajarse es con indicadores, para que el docente llegue y los supere determinados puntajes, y para esto no es necesario que otro docente que se dice “capacitador” este al frente de otro docente que le hacen considerar discapacitado mental.

Volviendo a la obra de Carlos Arce: “La vida, una Prueba”, el autor ensaya la identidad de nuestra patria frente a la influencia externa, a través de un drama, cuya personificación es Micaela Bastidas, como personaje que simboliza lo autóctono, frente al personaje español especificado en un oficial que representa el dominio español, y la representación del pueblo que siempre aclamará a Micaela Bastidas.

Drama este, cuya significancia va más allá de los aprendizajes en las instituciones educativas, pues el reflejo de cada institución muchas veces es la radiografía de colonias extranjerizadas que aún siguen minando nuestro aprendizaje “autóctono” que no tenemos, y que a través de nuevas vivencias de los alumnos (as), algo podría cambiar.

Finalmente el autor recrea episodios y emblemas históricos del magisterio nacional en la representación de su sindicato que es el SUTEP, para lo cual toma como personaje a un docente que acaba de fallecer y que le recuerda con las siguientes frases que el difunto docente mencionó cuando estaba en vida: “Ya saben –les decía a los profesores-, no quiero compañeros, ningún homenaje, si en el camino la muerte me asestara su mortal guadaña, porque el mejor premio que me ha acontecido ha sido el compartir juntos a ustedes jornadas gloriosas de lucha”.

NOTA: Para el maestro y gran luchador sindical, René Rengifo López, un abrazo a la distancia del más allá, por su reciente desaparición física. La materia y el ser humano, siempre se acaba. Lo que pasa a toda una eternidad, son las ideas y el ser consecuente en lo que se propone; este principio,  René, como docente y luchador social, lo exhibió hasta el hartazgo en vida. Hasta la distancia.

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