Por: Christian Marquina
A pesar de que al principio no me había llamado particularmente la atención, me resultó interesante observar la receptividad que la gente tenía hacia la nueva película de Walt Disney: “MALÉFICA”, personaje interpretado por la bella Angelina Jolie. Infiero que este interés popular –acudiendo a la enseñanza Jungiana de los arquetipos- se arraiga en el trasfondo psíquico colectivo como un misterio del Ser que nos llama con una fuerza inusitada a presenciar una vez más la historia del alma y del héroe que todos tenemos dormido como un potencial esperando despertar algún día.
Y es que en verdad este hermoso cuento (como la gran mayoría de cuentos infantiles tradicionales, fábulas, juegos, dichos populares, etc.) tienen su origen en la necesidad didáctica de transmitir y preservar las profundas enseñanzas acerca de la evolución del ALMA del hombre y la mujer en su desenvolvimiento hasta su unión con el espíritu en la Conciencia Universal; todo lo cual pertenece al dominio de los métodos de la Gran Tradición Iniciática Mayor.
Como precisamente lo ilustra el Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière “Para volver a nuestro punto de vista, declaremos que muchos de los textos que parecen simples, son, sin embargo, de una alta enseñanza; y no nos referimos al Evangelio según San Juan (del que hablaremos después) sobre el cual descansa todo el estudio de la Masonería,…SINO A CUENTOS INFANTILES, a leyendas insignificantes y hasta a hechos históricos provocados.”
“Todos los juegos (ajedrez, damas, tres en raya, etc.) son, así, instrumentos que sirven para perpetuar la enseñanza Iniciática; eran, en el pasado, símbolos estilizados por los educadores; estos juegos se fundan en el esoterismo y servían a los Maestros para su demostración a sus discípulos. Todas estas claves Iniciáticas han pasado al uso vulgar.”
En ese sentido diré en primer lugar que el cuento de la “Bella Durmiente” en su versión original (del italiano Giambattista Basile, 1634) se llama “Sol, Luna y Talía”, siendo Talía (del griego Thaleia= “florecimiento”) la “bella durmiente”. Así pues, muchas otras variantes fueron introducidas en las siguientes “versiones” con las que se popularizó. Sin embargo, los elementos básicos de la estructura de este cuento se pueden describir y dilucidar para captar mejor el mensaje.
Thalía viene a ser así el símbolo del ALMA humana, -siempre presente en los diversos cuentos y mitologías (p.ej. “Psique”, “Dafne”, “Blanca Nieves”, “Cenicienta”, etc.), – caracterizada femeninamente (en complemento con el ESPÍRITU masculino, la conciencia). El nombre alegórico “florecimiento” nos lleva a reflexionar de la tarea ineluctable para todos los humanos de hacer “florecer” los talentos de su alma (aquella tarea tan bien aludida en la parábola de los talentos narrada por el Maestre Jesús) responsabilidad sagrada que tan pocas personas realizan como debe ser.
Respecto a MALÉFICA (“el hada más poderosa”) nos recuerda aquella enseñanza del Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière que señala que en la nueva era (iniciada en 1948) “lo malo se vuelve bueno” en el sentido en que aprendemos a mirar el lado positivo de lo que aparentemente es “malo por naturaleza” (por ejemplo las enfermedades que nos ayudan a tomar valiosas lecciones y reajustes en la vida). “Maléfica” con sus alas y sus largos cuernos sería algo cercano a lo que este autor señala como “un principio de actividades espirituales que buscan penetrar en la materia”, un principio espiritual que –como fuerza del destino- determina con su “hechizo” al alma humana (Thalía) a que madure y FLOREZCA el día en que el espíritu (príncipe) con el amor verdadero permita su despertar.
El castillo y la familia de la princesa serían elementos que buscan obstaculizar su proceso evolutivo (las torres, los muros de espinas). Son las defensas del ego (debido al miedo a despegarse del “mundo seguro” de la vida acostumbrada y familiar en bien del viaje a lo “desconocido” en el territorio del alma).
El mundo de las hadas representa todo el plano astral, las regiones psíquicas que “colindan” con el mundo físico, llenas de personajes simbólicos arquetípicos que representan –personificados- los miedos, apegos, manías, y demás elementos que debemos ir trascendiendo en el Sendero hacia el encuentro con nuestro espíritu. En fin-sin querer agotar todo el simbolismo y sin pretender desvelar todo su misterio- agregaré que la rueca sería el símbolo de la rueda de la vida (Bhava Chakra), las pruebas, las experiencias que nos llevan inevitablemente a madurar o a morir…o como dice el Maestre Serge Raynaud de la Ferrière: “el progreso es una fatalidad y todo aquello que no queremos aprender de buen grado, nos es impuesto a la fuerza por el orden bienhechor de las cosas.”