En San Martín, mientras el 11% de colegios públicos están al borde del colapso, menos de 2 de cada 10 soles del presupuesto de educación básica se destina a mejorar la infraestructura educativa de la región.
Según el Ministerio de Educación, en 2024, la brecha de infraestructura educativa en la región ascendió a S/ 6,860 millones. Además, señaló que el 11.4% de colegios públicos estaban al borde del colapso. Eso quiere decir que cerca de 303 mil estudiantes de la región que regresaron a las aulas en marzo estudian rodeados de paredes con grietas, techos a punto de caerse y con falta de sillas y pupitres. ¿Es justo que los contribuyentes, pese al aumento de impuestos, tengan que mandar a sus hijos a colegios con carencias estructurales?
En marzo, por ejemplo, la Contraloría General de la República realizó una inspección a 41 instituciones educativas de San Martín. La institución evidencia una preocupante realidad:
- 25 aulas tienen techo en mal estado
- 26 escuelas cuentan con paredes en pésimo estado
- 10 instituciones educativas no contaban con mobiliario suficiente para sus estudiantes
Pese a la urgencia de mejorar las aulas y brindar un servicio de calidad a estudiantes, las autoridades hacen caso omiso a esta realidad y destinan la mayor parte del presupuesto al pago de sueldos.
Planillas por encima de inversión
Para 2025, el presupuesto para educación básica en San Martín aumentó a S/ 1,127 millones, según el MEF. Sin embargo, este incremento no se traduce en mejoras reales para las escuelas públicas. ¿La razón? La distribución del gasto sigue siendo profundamente desigual: solo S/ 185 millones se destinan a proyectos de inversión (menos de 2 de cada 10 soles), mientras S/ 908 millones se transfiere al pago de planillas.
Esto significa que más del 50% del presupuesto se destina a pagar sueldos y consultorías y la inversión en infraestructura y equipamiento se mantiene a la baja. El resultado es evidente: niñas y niños que aprenden en condiciones estructurales precarias. ¿Cómo es posible que se destinen cientos de millones a sueldos mientras miles de escolares asisten a clases entre paredes rajadas y techos que podrían desplomarse? Sin condiciones adecuadas, la calidad educativa se vuelve una promesa vacía en la región. Fuente: Vigilante.pe