Más fondos para planificación y menos para seguridad, pese a preocupaciones ciudadanas
El Gobierno ya tiene listo su libreto para el 2025: un presupuesto público de S/ 251,801 millones, que suena bonito porque crece 2.3% respecto al 2024 (ajustado por inflación). Pero cuando uno entra al detalle, la película cambia.
¿A qué se le está poniendo más plata? La gran ganadora es la función de Planeamiento, gestión y reserva de contingencia, que recibe S/ 2,500 millones más que el año pasado. También suben Educación, Protección social, Salud y Defensa. Hasta ahí, parece una jugada estratégica con foco en áreas sensibles.
Pero el punto de quiebre está donde menos se esperaba: Orden público y seguridad —uno de los temas que más preocupa a los ciudadanos, según todas las encuestas— baja su presupuesto en S/ 200 millones. Saneamiento, otro tema vital, también sufre un recorte de S/ 500 millones.
¿Qué mensaje está enviando el Ejecutivo? Que prefiere fortalecer la estructura interna del Estado antes que responder directamente a las demandas ciudadanas más inmediatas, como la inseguridad o el acceso al agua. Podría verse como una apuesta de mediano plazo, pero en un país que vive con urgencias, eso suena más a desconexión que a visión.
Y si seguimos el rastro del dinero: S/ 159 mil millones se van en gasto corriente, de los cuales más de la mitad son sueldos y obligaciones sociales. En otras palabras, el Estado sigue siendo una gran maquinaria que gasta principalmente en sostenerse a sí misma.
La inversión pública crece, sí, un 13% frente al 2024. Pero no compensa del todo la sensación de que las prioridades no están del todo alineadas con la calle.
En resumen: el Presupuesto 2025 parece sólido sobre el papel, pero deja la sensación de un gobierno más preocupado en ordenar la casa que en salir a apagar los incendios. Y en política, esa apuesta puede salir cara.