Quedan escasos 10 días y las calles están copadas de propaganda electoral. Los flamantes candidatos al congreso están aprovechando cada segundo y no se les escapa nada. Algunos pasean en sus camionetas saludando aunque nadie les devuelva el saludo. Otros se limitan a entregar volantes en las esquinas. Los más desesperados van a los mercados y toman su caldito de gallina y siempre como regla de oro, comen con la mano, porque después del chicharrrón de Alfredo Barnechea, nadie se arriesga.
Y así, el circo está en su mejor momento, las entradas ya están aseguradas y el show comenzó. Acá se mezclan todos, el payaso, el que cobra y regala entradas, los que venden los dulces, los que solo son dueños aunque sea de pantalla. Todos están todos listos, sin embargo, gran parte de la población no sabe por quién votar.
¿Por qué la población está tan indecisa? Pues, la historia nos ha regalado un poco de memoria y ya no somos tan confiados como antes. El año pasado todos sin excepción nos hemos decepcionado del tipo de política que se hace en Perú. Un expresidente que se ha suicidado y los otros en la cárcel con investigaciones comprometedoras. Todos involucrados en corrupción. Son pocos los políticos que sobreviven, la mayoría termina ensuciando al resto.
Siempre he considerado que comer lo mismo todos los días cansa, esto no solo aplica a nuestra dieta, sino a todo lo que hacemos ¿Quién aguanta ponerse la misma ropa todos los días? Nadie y es por ello que la novedad y la variedad siempre será bienvenida a nuestras vidas.
Esa variedad es la que con ansias hemos pedido en política. Estamos cansados de los mismos políticos, aquellos que se rehúsan a morir o jubilarse, aquellos que nunca pierden la fe y van candidateando más de 5 veces sin éxito alguno; aquellos que ni el voto de su familia tienen pero siguen invirtiendo tiempo y dinero y sobretodo aquellos fantasmas que solo aparecen en campaña y se convierten de monstruos a tiernos ositos pandas.
Si han identificado a algunos candidatos que están en contienda, vamos bien, ese era el objetivo. Por otro lado, hemos gritado tener política limpia, que por primera vez sintamos que hay personas que quieren trabajar y no ven esta oportunidad como un trampolín para hacerse rico y tener poder.
Por eso, yo voy por lo nuevo, porque siempre la novedad encanta, excita y crea expectativas. Me cansé de la comida chatarra, ahora cambiaré mis hábitos alimenticios y eso va de la mano de cambios de pensamiento y accionar.
Cuántas veces nos hemos preguntado ¿Por qué no postula gente con ganas de trabajar y que no sea corrupta? Ahora, tenemos la oportunidad de hacer las cosas de manera distinta para tener resultados distintos. Optemos por aquellos candidatos que no tienen ansias de conseguir dinero, optemos por aquellos candidatos frescos en política, demos la oportunidad a los nuevos de hacer mejor las cosas, los reciclados ya tuvieron su oportunidad y no la aprovecharon.
El mismo menú, cansa y en política llega a asquear…