Aquí estoy, de vuelta en el teclado. Como siempre, empiezo con las confesiones. Estoy excitada y nerviosa, como si me estuviera arreglando para la segunda cita con alguien que en realidad me gusta. Mientras pasa cada semana me emociona que llegue este día para tener una cita con ustedes. A diario extraño este ritual: ponerme los audífonos, tomar mi cafecito, caliente o frío según como esté el clima, acomodarme y empezar a escribir.
Estas semanas han sido un tobogán de emociones, o mejor dicho, una montaña rusa llena de cambios. Y como todo cambio trae consigo resultados, esos se están viendo a diario. En Tarapoto la situación no ha sido fácil, así como se han establecido zonas rígidas que prohíben el estacionamiento en el centro de la ciudad, las revoluciones en la ciudadanía han sido feroces, no solo en un gran porcentaje de desacuerdo, sino a las acciones a tomarse en base a esta ordenanza, el incumplimiento de un artículo que se contradice con otro y que genera nulidad en ello.
Ahora ¿qué pasa?, el problema se ha dirigido hacia otros lugares, en donde no solo son más estrechas las calles, sino que la imprudencia se está haciendo notar, motocicletas en las veredas, estacionamiento “como se pueda”, una moto encima de otra, caos en el tránsito, temor por poder ser víctima de robo en aquellas personas que realizan una transacción.
“A dos cuadras hay sitio”, se ha denominado de esta manera a una ordenanza que no ha sido evaluada de manera inteligente, en el hecho de manejar un plan de contingencia, soluciones a un grave problema que no se extermina con poner en efecto zonas rígidas en la ciudad. Desde estas humildes líneas, se aconseja tener propuestas que ayuden al desarrollo de Tarapoto, la creación de una playa de estacionamiento administrada por la Municipalidad Provincial de San Martín, inversión que tendría un gran costo, pero también grandes beneficios, la mencionada playa de estacionamiento sería vertical (edificio de 4 a 5 pisos) que faciliten el acceso para estacionar las motocicletas y automóviles, logrando tener de esta manera un tránsito ordenado y no afectar ni a la ciudadanía, ni a los empresarios que invierten en la parte comercial de nuestra región.
Acciones que reboten resultados positivos en la ciudadanía, es lo que todos esperamos. Estamos para actuar conscientemente, no para improvisar con un leve grado de ignorancia al plantear ordenanzas que ya existen, sin modificar, logrando contradicción, nulidad y dejando así “las papas calientes” a la nueva gestión.
Este tema más allá de solucionarse, está generando día tras día nuevas historias en base al tránsito, estacionamiento, zona rígida y al incumplimiento de las mismas.
Esa montaña rusa fue uno de los temas que he necesitado mencionar y cuestionarla. Sin embargo, no solo eso ha generado un remolino de emociones en la población, en estos días empecé a leer un libro denominado “las cincuentas sombras de Grey”, que en realidad es una triología erótica, de la cual, me he cuestionado ciertas preguntas, ¿por qué las seguidoras del libro es un gran porcentaje de mujeres? ¿Qué sentimos al leerlo? Muchas mujeres necesitan sentirse plenas al leer sin tabúes libros con contenido erótico y esto se ha vuelto más frecuente en estos últimos tiempos. Hablar de sexo es cotidiano y cuando se hace a través de algún medio, la forma de hacerlo se convierte en vulgar, grotesco, desnudismo y puro salvajismo.
Muchas de nuestras sombras tienen una luz muy brillante, son señales más claras que el agua. Hablar de sexo ya no es censurado, dependiendo de la forma en que lo hagamos.
Inserté este tema en este artículo, porque muchas de las mujeres selváticas estamos inmersas en ser blanco de críticas en base a lo “fáciles” que podemos llegar a ser, mitos que han sido propagados por situaciones singulares de ciertas mujeres, que, lamentablemente lograron que eso se pluralice y llegue a afectar a muchas, incluyéndonos.
Hace unos días una jovencita que se autodenomino “Rampolla tarapotina” logró su acometido y llegó a llamar la atención en tv nacional, en donde entre hilos y tangas, dio a entender que en Tarapoto las mujeres son vulgarmente ardientes, este mencionado reportaje fue difundido por Día D y las críticas aparecieron de inmediato. No tenemos “mentalidad de pueblo”, como en algún momento la señorita indicó, deseamos hablar de sexo y podemos hacerlo, pero con una tonalidad diferente, sin necesidad de mostrar el cuerpo en desnudo y caer en vulgarismo.
El pensamiento es erróneo cuando confundimos el hablar de sexo y de educación sexual. Prostituir el sexo, manosearlo y denigrarlo, lo único que logra es poner a la mujer como un objeto sexual y somos más que eso….
La vida es como una montaña rusa, te sube, te baja, pero tú eres el único que decide si vomitar o aguantar…