Actividad refleja el esfuerzo y constancia de una mujer que mantiene hasta el presente una tradición que no se quema en los hornos del tiempo.
En la región San Martín, una tradición culinaria se mantiene viva gracias a la dedicación de Nicolasa García Yépez (72), conocida por sus vecinos y clientes como “Doña Niquito”, mujer que ha dedicado más de cuatro décadas a la preparación y venta del emblemático pan casero y de los dulces tradicionales en su vivienda ubicada en la cuadra 16 del Jirón Alonso de Alvarado, en el barrio de Lluyllucucha, ciudad de Moyobamba.
“Yo inicié en este emprendimiento, la elaboración del pan casero; que se procesa amasando a mano y asado en horno de leña, gracias a mi hermana Otilia García. En las visitas que realizaba a su vivienda, después del almuerzo; ella me enseñaba la receta, los tipos y como se formaba la masa, moviéndola y apretando repetidamente con las manos. Fue mi cuñada Nelly Jarama, quien me adiestró a preparar dulces regionales, como japonés, rosquetes, levadura, anguito con dulce, anguito con sal, la vieja micuna, entre otros”, explicó.
En ese tiempo no había máquinas para realizar esta actividad, solo contaba con un horno pequeño a leña, en la actualidad el nuevo horno construido tiene capacidad para 25 latas y ocupa el patio trasero de su casa, producto que llega a todas las bodegas de la ciudad de las orquídeas y a sus fieles clientes del mercado central. “Es un trabajo duro, pero muy gratificante”, aseguró Nicolasa.
“Doña Niquito” no solo se preocupa por la calidad de sus ingredientes, sino también por mantener viva la tradición, transmitiendo su conocimiento a las nuevas generaciones. A lo largo de los años Nicolasa ha creado una comunidad de fieles clientes que la visitan a diario. Muchos de ellos comparten historias como fue el inicio de sus actividades y que los panes y dulces preparados por ella han estado presentes en momentos importantes de sus vidas, desde celebraciones familiares hasta encuentro con amigos.
Con esta actividad logró sacar adelante a sus cinco hijos, destacando el apoyo de su esposo, quien lo respaldó desde el primer momento construyéndole su primer horno. Por su avanzada edad, Eduard García Jarama, hijo mayor de “Doña Niquito” ha tomado la posta y prepara los panes con la receta de mamá, y su nieta Mariela Jarama Marina le sigue los pasos en la preparación de los dulces y las rosquitas.
Este es un trabajo que se inicia desde las primeras horas de la mañana, con la molienda de la yuca, preparación de la masa, llenando el aire con un aroma irresistible que invita a los vecinos a visitar la vivienda, mientras el horno se pone a punto para el asado de los panes y dulces tradicionales, para finalmente salir a la venta a las bodegas y en el puesto 272 del mercado moyobambino.