Las escenas que llegan desde Tía María llaman a la indignación del más duro de los observadores, menos, claro, de algunos sectores de la derecha que no dudan en llamar terroristas a los manifestantes.
Hay videos en los que se muestra a policías ingresando vivienda por vivienda a las comunidades, deteniendo a personas como si nos encontráramos en una guerra del Medio Oriente. Y de pronto sí, estamos en una situación parecida, solo que acá se pretende cerrar la boca a un gran número de agricultores que no quieren verse afectados por una actividad que a su juicio y en sus tierras, va a traer consecuencias lamentables. Si son sus tierras, si no quieren a un vecino molesto que podría acabar con todo su presente ¿quién es Humala para que les obligue?
Y para como, sale el Ministro de Defensa indicando que no van a dejar impune la muerte de un policía. ¡Antes de morir el policía, habían dos muertos de entre los agricultores, un sembrado de armas y un gran número de heridos! Para ellos, se puede colegir de las declaraciones del ministro, no va a existir ni atención ni justicia. Y seguimos con el trato de segunda clase para un gran número de peruanos, que aparentemente no importan. Más importa la CONFIEP en el gobierno de la Gran Transformación…