A raíz de las declaraciones del hijo de Mario Vargas Llosa: “Mi padre fue infiel”; las críticas al escritor se han vuelto la comidilla en todos los ambientes del quehacer diario. Desde los salones del grupo social refinado hasta el más humilde de los hogares. Muchos mitos rodean a la infidelidad. Acto que está de moda porque es una forma de exhibicionismo necesario, para estar en las portadas de las revistas de los artistas y de las grandes celebridades y de esta manera tener actualidad. La infidelidad es como un vestido nuevo y si es para vestirse de etiqueta tiene más valor sí lo hace el varón. En cambio sí lo hiciera la dama, sería un vestido común y de mala gracia asistir con una ropa de segunda. Para el psicoanálisis contemporáneo es un acto romántico que asocia tres ingredientes: Afecto, familia y socialización: “es una relación con un objeto” en el que encuentra una relación con la madre o con un sustituto. Es decir, el ser humano siempre busca a la persona que le provee de los necesarios cuidados maternales. A partir de los cuarenta cuando se pierde la belleza física, recurrimos a la persona que nos puede dar belleza espiritual. Entonces, es fundamental el buen vínculo que la madre establece con el hijo o la hija; para que deposite confiabilidad en sus relaciones con otros, al ampliar su mundo de la familia a la sociedad. Se conoce que el escritor Mario Vargas Llosa no tuvo el cariño de la madre desde su temprana infancia. Primero lo depositó en su tía Julia-la esposa que le quitó a su tío-; luego su amor le dio a su prima Patricia (actual esposa) y en este momento comparte con la amiga, que viene a ser la sustituta. La fidelidad más que amor es una decisión que se toma. Es subjetivo, personal. Según, Karyna Carlos “Actualmente se vive en una sociedad conservadora en donde el esteriotipo de la familia ideal es aquella en donde existe una pareja perfecta con sus hijos; el nuevo estilo de vida al que nos estamos enfrentando cambia aspectos y estilos de vida a los que uno está acostumbrado, uno de los más importantes que se ve afectado día a día es el valor de la familia, cada vez se le va dando menos importancia a un factor que es fundamental para el desarrollo de una sociedad, ya que en la familia es donde se desarrolla la educación básica y los valores que se ven reflejados en los problemas que se tiene en el país”. La infidelidad es un problema cultural. A diferencia de algunas culturas occidentales en donde existe la poligamia, algunas mujeres prefieren casarse con un hombre ya casado y que haya demostrado ser un hombre responsable y hasta en algunos casos prefieren compartir pareja para no sentirse solas. La infidelidad es sinónimo de incomunicación, de monotonía: “cuando la relación se vuelve una rutina hasta que llega alguien más y ofrece algo nuevo y distinto”. Cuando no existe tal atracción física que hace el deseo, simplemente cuando ya no existe el interés ni la entrega hacia una persona. En el libro de Rachels (2007) sobre la Teoría del Utilitarismo, señala que desde el punto de vista ético de Kant, este problema está mal visto porque no se puede tratar a una persona como medio para el beneficio de otra. La tercera persona involucrada simplemente está siendo utilizada para satisfacer necesidades, produciendo dolor y tristeza en la persona engañada. Ahora, a escuchar “Infidelidad“ de Los Iracundos y después “Una aventura” de Niche. Por su puesto, con unas cervezas heladas, con tu pareja.