Político que dice: “ESTE” país, refiriéndose a su país, ya es un político de tercera clase. Análogamente como si un hijo dijera: “ESTA” madre, refiriéndose a su propia madre. La persona que ama a su patria diría: Mi país, nuestro país. El hijo que ama a su madre diría: Mi madre, nuestra madre. Es que, el amor, además de sentir en la profundidad del ser, también se expresa con gestos y formas. Si se expresa de manera despectiva, desdeñosa, a un país o a una madre, se está generalmente dando a conocer al externo la existencia del grado de amor existente en el interno.
Pero, la expresión evidente de que los políticos son de tercera clase, es su actuar vivo como legisladores, como ejecutivos o como administradores de justicia. Entonces, se explica con meridiana claridad, la sólida causa para que se trate: “este país”, cuando el político se refiere a su país, al que le debe su cargo, su fuente laboral y sus jugosos recursos económicos.
La democracia es un sistema de gobernabilidad. En democracia, gobiernan o legislan los políticos por la expresa voluntad mayoritaria del pueblo. Entonces, su accionar debe estar enmarcado al pueblo. El pueblo es el conjunto de personas que reside en una superficie: Distrito, provincia, país. Es el pueblo el que le encarga al político desarrollar determinadas funciones: El ejecutivo para ejecutar según el marco legal. El legislativo, formular, discutir y aprobar las normas legales. Cada poder del Estado es independiente. No debe existir interferencia. Si hay, entonces, algunos eslabones legales están sueltos. Y quién aprovechándose de ésta quizá casual circunstancia, hace abuso de su poder, en perjuicio del pueblo, simplemente debe ser sancionado, de ser posible, como traición a la patria. El pueblo, es el objetivo principal y nadie debe traicionarle.
Los legisladores son remunerados con los recursos del pueblo, y todas sus actividades deben estar relacionadas al cumplimiento de sus funciones que benefician al pueblo. Legisladores que hacen abuso de sus cargos son considerados por el pueblo como políticos de tercera clase. Los legisladores no deben estar pretendiendo entrometerse en el poder judicial, en el Ministerio Público, solo porque se están investigando a sus líderes de precedentes actividades ilícitas. Con ese comportamiento, con esa lógica, entonces, se le está diciendo a la democracia, al mismo pueblo que solo investíguese al líder del otro partido político que tiene minoría en el Congreso, investíguese solo a Pedro de los Palotes, que es una persona de a pie. No pues, las Leyes son aprobadas precisamente por el Congreso de la República, para todos los habitantes del territorio, no solo para los políticos en minoría y para el resto de los ciudadanos. ¿Cómo se puede calificar a éste tipo de congresistas? De primera o de tercera clase. El pueblo tiene la respuesta. Después, haciendo abuso de gaseoso poder, los congresistas proponen vacar al Presidente de la República, de nuevo metiendo sus magras narices donde no les corresponde, entrometiéndose en otro poder del Estado, por la “insólita” razón de ser un Presidente mentiroso. ¿Mentiroso? Para variar, siempre mirando la paja en el ojo ajeno, como de costumbre juzgando a los otros. Se supone quien califica de mentiroso al otro es una persona que siempre dice la verdad. ¿Cómo se llama cuando en su hoja de vida el congresista indica que tiene educación primaria y luego no consigue certificado de ese nivel de estudio? ¿Cómo se llama cuando en su hoja de vida el congresista indica que tiene educación de pos grado y luego la universidad le desmiente? ¿Cómo la persona que miente podrá llamar de mentirosa a la otra persona? Con la carencia del valor de la verdad el congresista simplemente debe abstenerse por completo de emitir opinión, peor juzgar a nadie, sino examinarse a sí mismo y re enmendar su actitud. Entonces, ¿Cuál es la calificación que debe dárselos a los congresistas?
Pero, en el ejecutivo también hay políticos de tercera clase. Un gobierno timorato es débil por los cuatro lados. La democracia no implica un gobierno flácido. El poder del ejecutivo tiene sólida base en las leyes, y sobre todo, en la voluntad del pueblo. Que quede claro, EN LA VOLUNTAD DEL PUEBLO, no en la de los partidarios. El gobierno debe tener buen olfato para percibir con claridad esa sagrada voluntad. De inicio debe definir lineamientos de políticas claras, no estar clasificando e insultando a los ciudadanos por clases, de primera o tercera clase, o andar criticando por ignorancia a las comunidades nativas de sus costumbres ancestrales. Un gobernante siempre debe buscar la unidad de todo el pueblo. ¿Cómo se puede calificar a un gobernante que critica y clasifica a su pueblo por clases? De primera o de tercera clase. Por supuesto que es un gobernante de tercera clase, desaprobado por sus cuatro costados. ¿Cómo se puede calificar a un gobernante que solo sabe mentir? ¿Cómo se puede calificar a un gobernante que recibe millones de dinero de una empresa para hacerla ganar en supuestas licitaciones legales? ¿Cómo se califica a un gobierno que sigue el mismo esquema del gobierno anterior, con sus mismos trabajadores corruptos?