Se realizó actividades multidisciplinarias “Quiero mi cuerpo sanito” dirigido a estudiantes en edad preescolares y orientado al fomentar un estilo de vida saludable. El objetivo es que los niños aprendan a valorar y a cuidar su salud y conozcan la relación de esta con la alimentación y la actividad física. Estas actividades constó de 3 módulos: salud, nutrición, actividad física y los talleres deportivos, el mismo que se ha aplicado durante 03 meses, a 22 niños y niñas, entre 4 y 5 años de edad. Como grupo control se ha considerado a otro grupo de niños de edades similares. A todos se les midió peso, estatura, estado nutricional, mediante métodos antropométricos establecidos. La evaluación alimentaria y de salud se realizó mediante escalas de medición y encuestas directas a los preescolares. Al término de la intervención en los tres meses se logró mejorar significativamente, disminuyendo en 45,7 % el sobrepeso y mejora de su estado nutricional. También se ha logrado inducir cambios significativos en el estilo de vida saludable.
Actualmente y asociada a la dieta inadecuada que se practica, el aumento de la obesidad infantil constituye un serio problema de salud pública, Por otro lado el sedentarismo, que a su vez favorece la presencia de obesidad, es el factor de riesgo más prevalente en la población infantil, que alcanza valores altísimos en la población mayor, específicamente en jóvenes. Los factores de riego mencionados son susceptibles a ser modificados, porque cada uno es consecuencia de hábitos adquiridos en la niñez e influenciados por el ambiente familiar y la sociedad. Sin embargo, es necesario implementar estrategias o actividades multidisciplinarias de salud en etapas evolutivas tempranas. La experiencia educacional indica que la mejor etapa para inculcar los hábitos que se espera tenga una persona como adulto, corresponde a la edad preescolar, donde inculcamos en el niño el conocimiento de alimentos saludables y el hábito de consumirlos; los beneficios de realizar actividades físicas en forma permanente estimulando los juegos con sus compañeros; las ventajas comparativas de tener un peso corporal normal y valorar el hecho de sentirse bien.
La necesidad de inculcar un estilo de vida saludable a edad temprana, llevó a proponer la aplicación de actividades interdisciplinarias dirigido a preescolares. El especial énfasis de sus autores radica en la promoción temprana de la actividad física habitual, acompañada de hábitos nutricionales adecuados, junto con el apoyo de la familia como complemento fundamental de mantener los hábitos adquiridos. Los resultados demuestran que es factible comenzar a educar hacia un estilo de vida saludable en edad preescolar, mediante juegos y actividades propias de esta edad. En cuanto a la práctica de la actividad física, al enseñarles a los niños diferentes juegos que estimulan la competitividad, la coordinación y la motricidad, se logra crear la necesidad de moverse. En relación con la obesidad, esta aplicación de actividades multidisciplinarias tuvo un impacto positivo porque se logró disminuirla significativamente en el grupo intervenido. Además, se pudo modificar el concepto erróneo de los niños, que consideraban era mejor ser gordo que tener peso normal.
Se puede concluir entonces que una educación integrada, en cuanto a una alimentación y la práctica de hábitos saludable y los conceptos adecuados de salud, permitirá a mediano y largo plazo, un conocimiento más profundo que puede mantenerse en la vida adulta; razón por la cual todos los esfuerzos deberían orientarse a revertir este factor de riesgo, considerando el aumento significativo de la obesidad infantil.