Martín Vizcarra se va quedando con pocas flores para lanzar al escenario, es urgente reacciones rápidas. La demanda sinvergüenza de Odebrecht debe significar una postura firme y definitiva. Es consiente, la corrupta constructora brasilera, que es un bandido y no un ofendido. Los intereses del Estado peruano deben de prevalecer; primero, la lucha contra la corrupción y terminar con un proyecto gasífero necesario para el país.

Sobre los fiscales Vela y Pérez hay que bajar los factores emotivos en ambas partes, pero sobre todo en estos personajes que representan la justicia y no la venganza, como parece. Alguien tiene que ubicar las cosas.

Con los nuevos actores políticos, debe finiquitar el acuerdo expresado como miembros de los partidos que conforman el Congreso Complementario. La coincidencia en las reformas de Justicia, políticas (electorales), lucha contra los corruptos y sobre todo en la ejecución de los grandes proyectos e inversiones, es la agenda. Pasemos a los hechos.

Pero las palabras se lo comen al jefe del Estado. El ojo virolo le ha hecho decir que no ve posible la realización del proyecto minero Tía María, en el Valle de Tambo, Arequipa. Cierra la puerta de casi el 1% del crecimiento económico para este año 2020. Un tercio de la economía del país y de la región arequipeña proviene del canon minero. En los últimos 10 años, Arequipa ha crecido 8% por encima del promedio nacional.

El viernes, Vizcarra sobrevoló la cuenca del río Tambo y llegó a la zona de Yanapujio, donde se construirá la represa de agua para el valle. En abril se licitará la construcción y queda de lado el proyecto en Paltuture. El agua es el problema del valle, no la inversión minera que debe trabajar para mejorar la cadena productiva agrícola en la zona.

El presidente del Centro de Estudios Liberales, “Mario Vargas Llosa”, de Arequipa, el Sr. Jorge Luis Ortiz, afirma que el gobierno central podría mirar la lucha contra la pobreza a través de los recursos que genera la explotación minera. Esa podría ser una decisión política que cambie la realidad del Perú.

Hay muchos nudos por desatar. La innovación que proclama el presidente, empieza con acciones de cambio. Ya no es hora para el discurso y la palabra, hay que pasar a la acción.