Un grupo de políticos, desquiciados del orden correcto de la sociedad, se reúnen en un hotel de Lima. El almuerzo empieza como entrada; el plato de fondo es interpretar el artículo 117 de la Constitución del 93.
Quieren que el botín del Estado esté bajo el poder ambicioso de ellos; quieren que Lima sea todo el Perú como siempre fue así; quieren que Pedro Castillo se vaya del poder y deje en manos del fujimorismo y la ultraderecha; quieren ver el destino político del Perú a la medida de sus propias intenciones ilícitas para hacerse del aparato del Estado como botín.
Este grupo mafioso se fundamenta en la dirección de una organización internacional alemana, que apoya organizaciones de la ultraderecha, cuyos integrantes viven de la política como un instrumento para comprar jueces y fiscales; como un instrumento para generar archivos de procesos judiciales; como un instrumento para crear mecanismos jurídicos para conducir a paraísos económicos millones de soles.
La semana pasada por ejemplo los medios locales de Tarapoto entrevistaron a un personaje que dice ser parte de la resistencia colectiva y que viene recorriendo todo el país sembrando una sola realidad: resentimiento y terquedad de no aceptar la derrota del fujimorismo, la derrota de la chica Keiko.
Otra realidad que viene sembrando este personaje es la fácil acusación que se convierte inmediatamente en calumnia al sostener que el actual jefe de Estado está ligado al narcotráfico y al comunismo.
NO HAY ESCUELA ACADÉMICA PARA ENSEÑAR A SER JEFE DE ESTADO
El mismo Fernando del Rincón (de CNN), le enrostró a Castillo por las limitaciones de gestión del Estado. Indicaba que no es correcto aprender por encima de millones de ciudadanos. Pregunto: ¿Qué ex jefe de Estado que aparentaba ser un buen administrador del aparato estatal lo llevó a bien al país? No hay ninguno.
Todos le llevaron al país al abismo; todos llevaron aguas a sus molinos, tanto es así que se rompieron los cántaros, Toledo terminó huyendo del país, hoy a punto de ser extraditado de EE.UU.
García tuvo la “genial” idea de matar todas sus acusaciones judiciales matándose él mismo. Muerto el perro muerto la rabia.
Alberto Fujimori, cuando le extraditaron de Chile, gritó a los cuatro vientos al mismo tiempo que levantaba la mano derecha: “soy inocente”. Esa “inocencia” precisamente le está permitiendo pasar 25 años en la cárcel, esto sin contar otros procesos que faltan judicializarse. ¿Y qué de las indemnizaciones económicas? Absolutamente nada.
Humala, PPK y Vizcarra están en la mira de la justicia, que siendo proba nuestra justicia, seguramente estos ex presidentes hoy estarían en prisión.
Si algo de estadistas tuvieron estos ex mandatarios; si algo de diestros y capacitados en gestión pública eran, ¿por qué entonces terminaron de la manera desastrosa?
En consecuencia, no hay escuela de formación académica para que enseñen a ser jefes de Estado, si de por medio no hay el sentido común; si de por medio el faltante más grande es la capacidad moral, los currículos más exitosos con altos grados académicos no sirven más que para tirar al tacho de basura.
No justifico su poca capacidad de gestión de gobierno, situación que le genera cuestionamiento a Castillo. Algo que le faltó desde un inicio y que le viene faltando aún, es su poco o nulo sentido común para no darse cuenta o no querer darse cuenta de la presión externa de Cerrón con fuertes condicionamientos “que, si no mueves esta ficha que fue tuya para poner otra que es mía, entonces no cuentas ya conmigo y tu gestión se iría al colapso”.
Ensayo estas deducciones que seguramente se dieron en los fueros internos de Castillo y Cerrón, y de esto el fujimorismo y la ultraderecha adquiere más ganas y entusiasmo para reunirse en cónclave y tramar la modificación del artículo 117 de la Constitución fujimorista y agregar un solo término como es el delito de corrupción y con esta interpretación tengan la potestad de hacer el juicio político de corrupción contra el actual jefe de Estado,
Pregunta: ¿Qué capacidad moral tienen estos señores del fujimorismo y la ultraderecha para cuestionar a Pedro Castillo por corrupción cuando ellos están inmersos en estas mismas demandas de hechos de corrupción?