He sido agraviado por enésima vez, con una afirmación que, siempre me provoca, gracia con una difusa preocupación, ésta, es la siguiente: “¡Qué raro eres!”… a consecuencia de esta enunciación, me dieron ganas de pensar la raíz de esto, analizar el “porqué” del problema, claro si podemos nombrarlo como tal, así que para dar inicio a este disgusto y a su vez, razonar posibles soluciones, decidí partir de dos preguntas, que quiero compartir con ustedes e invitarlos a pensar, en una sugerente respuesta para cada una.
¿Qué te hace raro? ¿Por qué tildar a alguien con ese adjetivo?
Como un hombre que le gusta el fundamento, la lírica y su poder, pienso priorizarles y facilitar la búsqueda brindando, etimológicamente esta palabra, también, lo que la RAE tácitamente enseña.
Etimológicamente, proviene de la palabra en latín “RARUS”, adjetivo que sirve para acompañar algo que es poco frecuente o poco común.
Y, la RAE hace mención lo siguiente:
Extravagante de genio o de comportamiento y propenso a singularizarse.
Ahora, teniendo en cuenta estas acepciones, tendrás una ligera idea de que en realidad, no es ofensa alguna, por más que las personas que me tildaron con esta palabra tan valiosa, lo hicieron con dolo de incomodarme o quizá de una manera más atinada de decirlo; expresar su disgusto.
A pesar, del énfasis fonético que le ponen a esta palabra, que por cierto, es tan certero como el disparo de una francotirador y en repercusión, suelen darme un tiro directo a la cabeza, hacen que dude tanto, al extremo de sentir que me ofende, sí, es que en serio, son tan convincentes al decirlo, que en todas las oportunidades, terminé sintiéndome uno. Hasta saber cuán privilegiado soy de serlo.
Bastó con que diga:
– Soy terrorfílico y me gusta todo lo que a tener miedo conlleve –
De inmediato se hizo presente el golpe de gracia – ¡Qué raro eres!
¡Carajo! – Me dije – empecé a divagar dubitativo, en el laberinto de mis ideas, a raíz de una pequeña aclaración e inicié:
¿Queremos estabilidad e igualdad? O ¿es que está acostumbrada a lo ordinario, a lo mediocre? Por cierto “mediocre” no es ofensa alguna, mucho menos algo peyorativo, simplemente hace referencia a lo que su etimología en sí, enseña – “mediocris” – lo común, lo que la mayoría es, de término medio, ni buen ni mal ejemplo, lo normal – pero esto, puede ser y será relativo, queremos interpretar lo distinto o lo diferente, con términos no de aprendizaje o consciencia, sino, con el dolo de ser despectivo ¿¡Quién sabe!? Yo lo percibí siempre de esta manera.
De repente, estamos mal acostumbrados a ver todo como la sociedad nos ha inducido, un espacio lleno de estereotipos y estigmas producidos por la misma, y en consecuencia cuando se encuentran con algo diferente a lo común ¡ZAS! Lanzan el dardo ruin y venenoso del prejuicio, que no solo es cegadora, también es altamente contagiosa… y obviamente yace en la poca tolerancia o gran ignorancia que algunas personas tienen, empero, el prejuicio es una herramienta que los imbéciles usan para tratar de tener la razón; pero personas “X” lo hacen más notorio y en consecuencia denotan con mucho ahínco estos defectos, en especial, su atrevida “imbecillis”.
Este tipo de juzgamiento ¿Afecta?; ¡Sí! afecta a la persona que ha sido tildada por un adjetivo, que es muy bello, pero, mal empleada… todos, queremos sentirnos aceptados, identificados, queridos ¡Qué sé yo! Fuimos capaces de inventar credos, ideologías, dogmas, fuimos capaces de discriminar, esclavizarnos y hasta crear la xenofobia… sabiendo bien, que el color de la piel y del cabello, es tan irrelevante como la marca de ropa que puedas usar, hasta me atrevo a decir, que es igual de intrascendente que el nombre de tu Dios, sin embargo, nuestro Dios es justo claro está, eres tú quien va a idolatrarlo y mancillarlo a diario ¿Me dejo entender?
Cambiemos esto, podemos hacerlo, primero saliendo de la mediocridad, conviértete en un “raro” más, de los pocos que pueden conocer, ser raro es maravilloso, te tildan, te recuerdan y en el mejor de los casos, te citan; puesto que el sentido común, no es tan común que digamos… ten en cuenta, entre mediocres, siempre se ven iguales, sienten lástima por los “inferiores”, pero sienten envidia por los “superiores”, por eso son mediocres, porque tratan de agradar a la mayoría y la mayoría es ordinaria, en efecto, lo ordinario es mierda.