Al presente año el Ejecutivo Nacional ha considerado nominarlo “Año del Diálogo y la Reconciliación Nacional”, lamentablemente está ausente el diálogo franco, amplio y sincero y la reconciliación suena a quimera, se aleja como la sombra cuando el sol declina.
La inestabilidad que nos envuelve tuvo en el indulto a Alberto Fujimori su clímax, todo por darse sin la debida seriedad y burlando la ley. Si el indulto se daba sin el roche del canje de votos para libarse de la vacancia y con una comisión de gracias presidencial objetiva le habría dado talla a PPK, pero prefirió lo trucho, el fraude y la mentira que lo ha convertido en un ser de escombros.
En esa coyuntura es imposible soñar que este aña sea precisamente, el de la reconciliación nacional; la reconciliación está íntimamente ligada con la disculpa, la justificación y el perdón y desde un enfoque socio-político, la reconciliación es un proceso continuo de reconstrucción de «tejido social» y de instituciones legítimas y legales constituidas bajo un orden democrático estable. Es entrar en un diálogo abierto, para hacer frente a la violencia que se hizo presente en una parte de la historia de un pueblo o una nación y proyectar con bases sólidas un futuro viable para todos los actores que intervienen en el conflicto.
Como podemos aspirar transitar o sentar las bases de la reconciliación si a los deudos de la matanza de Pativilca con el indulto trucho les das un portazo, le niegas justicia, lo conminas a cargar con su dolor eternamente. Sin perdón sincero, sin justicia oportuna y sin reparación a los deudos no hay reconciliación posible. Los seres humanos no somos ni manada, ni máquinas, ni idiotas, por lo menos en su gran mayoría.
Como podemos reclamar reconciliación, además, si en nombre de la justicia, la paz y la verdad estamos enfrascados en un fuego cruzado de calificativos, y lo que es peor, imputando a los marchantes contra el indulto, como terroristas, negándoles las plazas, gaseándoles indiscriminadamente y hasta provocando apagones, precisamente como en la épocas de sadismo senderista; y a propósito, ¿con cuál de la marchas coincide el MOVADEF?
De las profundas crisis nacen las grandes oportunidades, pero se necesita, visión de líder, audacia, punche, firmeza, honestidad, coraje; es decir, lo que le falta a PPK. Se esperaba que el nuevo gabinete supla las debilidades del inquilino de palacio, pero se apostó por dos apristas que lo ha colocado al partido de la estrella en la vereda de la oposición recalcitrante, se apostó por amigos que no vienen de un diálogo ni acuerdo nacional, fueron reclutados como en leva y eso no es auspicioso para la reconciliación soñada.