Está bien culantro, pero no es para tanto. Esto es un dicho bastante conocido y que muy bien podría relacionarse con el ex presidente del Gobierno Regional de San Martín, señor, César Villanueva, que según sus propias manifestaciones y de su propio entorno, se dice que se está perfilando como candidato a la máxima magistratura del país, es decir, quiere ser presidente. Como dice el argot jurídico, que todo ciudadano es inocente, hasta que se prueba lo contrario. Así también de acuerdo al argot del sistema democrático, todo ciudadano es libre para hacer uso de sus derechos como candidato, hasta que la ciudadanía diga lo contrario.
No discuto la pretensión de llegar a ser algo, lo que se discute es la consecuencia de principios que alguien haya vivido toda su vida defendiendo lo que en un determinado momento del futuro lo toma como algo que le corresponda como derecho. Y este derecho pues no le asiste al señor César Villanueva, por las siguientes razones:
El cargo político que haya tenido por ocho años consecutivos al frente del Gobierno Regional de San Martín (con algunos meses de interrupción que dejó el cargo para pasar a ocupar el cargo de primer Ministro, complaciendo a un régimen aprista, cuyo jefe Alan García, es parte también de la traición, incluyendo al actual jefe de Estado, que no cumplieron el mandato sagrado de la población de acuerdo a lo que prometieron.
Un par de días en el cargo de primer Ministro de Estado, ocho años en el cargo del Gobierno Regional de San Martín; seis años de fracasado candidato, que algunas veces fue llamado ya el candidato eterno; con experiencias al frente de las ONGs; con un perfil nada aceptable por sus serias limitaciones frente al Gobierno Regional, que en ningún momento se dejó notar un carácter férreo de liderazgo y autoridad, que le hubiese permitido poner en su sitio a tanto funcionario de su entorno que existiendo las evidencias ilícitas en sus funciones, simplemente seguían orondos, sin ser retirados del cargo, y sin permitir lo mínimo que se esclarezcan las cosas y se haga justicia. Un personaje bastante blando; con nula ligereza verbal para emitir discursos y con cierta relativa hemorragia de adulonería de algunos conocidos, esto no le da pie para pretender el cargo de presidente de la nación.
De estos tipos de políticos, los peruanos estamos ya cansados. De repente se les nace el bichito de elevados cargos, que sin haber quemado etapas de una manera positiva, aspiran a cargos elevados sin haber sido dignos ejemplos en cargos menores, y sobre todo habiendo dejado bombas de tiempo en sus administraciones, no les da ningún derecho para gobernarnos, sin haber administrado un gobierno regional con éxito.
Que organismos privados como las ONGs, como Propuesta Ciudadana, financiadas al mismo tiempo por el Centro de Desarrollo e Investigación (CEDISA), le hayan reconocido a su periodo de gobernante como “milagro de San Martín”, no es otra cosa más que devolver el reconocimiento, porque mientras direccionaba el Gobierno Regional, él lógicamente le había prestado ciertos favores a ellos, que ahora lo que únicamente hacen es ser recíprocos por los favores recibidos.
Parecido a esto también tenemos a otro personaje que habiendo aceptado también el cargo de primer ministro en el gobierno aprista, lo hizo pensando limpiarse del negro pasado comprometido con el MRTA, producto de esto pasó varios años de carcelería, pero sus conciudadanos chiclayanos, luego de salido de la prisión le llevaron a ser dos veces presidente regional.
Lo mismo decimos de Yehude Simon, a igual de César Villanueva, está bien culantro, pero no es para tanto. Y los que hoy se perfilan desde ya buen tiempo como candidatos al cargo de presidente de la nación, también aquél dicho les cae como anillo al dedo. García, Keiko, Toledo, PPK, César Acuña. Mejor sería que estos señores se dediquen a sus carreras y oficios, si acaso lo tienen.
Pero tampoco podemos permitirles la ilusión a desconocidos, o siendo conocidos no tienen los méritos suficientes, ni las etapas de experiencias positivas ganadas a sus favores. Pues una cosa es deslumbrarse como empresario individual, y otra cosa diferente es, pensar en el colectivo-país, para que éste y los ciudadanos experimenten el éxito, que hasta el momento, no experimentamos esto los ciudadanos.