Tras el atentado sufrido por el puente Punta Arenas, ubicado en el tramo Campanilla – Pizana (km 754), las autoridades han iniciado las pruebas de carga para verificar la estabilidad de los cables reparados. Este proceso es clave para garantizar la seguridad de los usuarios antes de permitir su apertura total al tránsito vehicular. Las pruebas consisten en el paso controlado de vehículos pesados, uno a la vez, simulando las condiciones reales de uso. El objetivo es comprobar la resistencia de la estructura y confirmar que el puente puede operar sin riesgos. Se exhorta a los conductores a respetar las señales de tránsito y a seguir las indicaciones del personal técnico destacado en la zona, mientras dure esta etapa crítica.
El puente fue saboteado por personas desconocidas, quienes dañaron intencionalmente los cables con el aparente propósito de debilitar su estructura y forzar el uso de balsas improvisadas para cruzar el río Huallaga. Este acto no solo puso en peligro la vida de los usuarios, sino que también afectó gravemente la conectividad y la economía local. Una vez finalizadas las pruebas, las autoridades determinarán si el puente puede reabrirse con normalidad o si requerirá ajustes técnicos adicionales. Se prevé que los resultados sean comunicados a la población en los próximos días.
«La seguridad de los usuarios es nuestra prioridad. Estas pruebas son esenciales para garantizar que el puente cumpla con los estándares técnicos antes de su reapertura definitiva«, señaló un representante de la entidad a cargo.
El puente Punta Arenas es una vía fundamental para el transporte de pasajeros y mercancías en esta zona estratégica del país. Su rehabilitación apunta a restablecer el tránsito fluido y evitar el uso de rutas alternativas riesgosas, como las balsas artesanales que fueron empleadas de manera temporal tras el atentado.