La víctima era natural de la provincia de Picota y murió tras caer a un abismo durante un operativo contra el narcoterrorismo en la provincia de Huanta (Ayacucho)
El sábado por la mañana, una familia sanmartinense se llenó de pesar en Tarapoto, cuando los restos mortales del valiente sargento primero reenganchado del Ejército Peruano, Josbell Pinchi Pezo, retornaron a su tierra natal en la provincia de Picota. El joven de 27 años perdió la vida trágicamente durante un operativo contra el narcoterrorismo en el Valle del Río Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM).
Antes de ser llevado a su lugar de origen, el ministro de Defensa, Walter Astullido, presidió un sentido homenaje en honor al sacrificio de Pinchi Pezo. La ceremonia fue emotiva, marcada por el dolor de sus seres queridos y camaradas, quienes recordaron su entrega y dedicación al servicio de la nación.
El jefe de la Tercera Brigada de Fuerzas Especiales del Ejército Peruano, con sede en el distrito de Morales, recibió los restos del sargento Pinchi Pezo, estuvieron presentes sus familiares, quienes mostraron escenas desgarradoras de dolor. Se destacó que, aunque Josbell tenía planes de pedir su baja en junio de este año, su compromiso con el deber prevaleció hasta su último aliento.
El cortejo fúnebre se dirigió hacia el centro poblado de Barranquita, ubicado cerca de Picota, donde amigos y familiares se congregaron para rendirle un último adiós. En un ambiente cargado de emotividad, el sargento Pinchi Pezo fue recordado como un joven con un profundo amor por su país y una vocación innata por el servicio militar.
El sargento reenganchado cayó a un abismo ocurrió durante un operativo narcoterrorista en los alrededores del distrito de Canayre, en la provincia de Huanta, Ayacucho. A pesar de los esfuerzos por salvarlo, Pinchi Pezo fue trasladado a Lima, sin embargo, murió a consecuencia de un traumatismo encéfalo craneano severo, dejando un vacío imborrable en la comunidad militar y en el corazón de quienes lo conocieron. (Hugo Anteparra)