Quince mil soles de gratificación; mil quinientos de aguinaldo; novecientos veinte soles por canasta navideña; ochenta soles por concepto de pavo; quinientos soles por concepto de bono.
Toda una lista de conceptos económicos, como que estarían dando cuenta de un club social de amigos que trabajan en pro de los mismos amigos y asociados. No nos equivocamos, ciertamente es un club de amigos, pero un club social “sui géneris” que tiene todo el privilegio donde los ciudadanos sin ser socios son los que pagamos permanentemente los impuestos para su existencia como club social. Con tu plata y con la mía, tienen el mejor club social de los descarados derroches al extremo.
Sabe distinguido lector, esa gentuza del Congreso, hace y viene haciendo lo que la bendita gana le da, porque los peruanos somos muy endebles, nos conformamos con la aberración de la sinvergüencería de acciones en el Congreso.
Somos tan blandos, y hasta indefensos en nuestras opiniones: el periodismo y comunicadores sociales que solamente transmiten de lo que pasa en un poder del Estado, pero no son libres para investigar y opinar sin tapujos del por qué viene pasando en el Congreso, donde debe crearse leyes de beneficio al pueblo, y no para ellos como viene ocurriendo, de beneficio para un par de mercaderes de la patria, mal llamados congresistas, y de una manera insultante, mal llamados “padres de la patria”, y de una manera indignante, mal llamados legisladores.
A veces me indigna escuchar a comunicadores sociales, incluso de medios de alcance nacional, cuando dicen: “nooo, ellos tienen sus propias leyes, por ello tienen estos privilegios”. “Nooo, pero si les comparamos con los demás países latinoamericanos, ganan una migaja”.
Increíble la opinión absurda de aquellos que están frente a un micrófono, como que tienen miedo de verter sus propias ideas y se arrastran a la corriente de los condescendientes.
Por favor, con la absurda condescendencia, les estamos dando razón y oportunidad para que hagan y (continúen) haciendo un par de 130 sanguinarios y sátrapas del Congreso y sean los que mejor vida tengan en la patria, con jugosos sueldos duplicados en los meses de marzo, julio y diciembre, y no contentos con esta duplicación que les llega a los 50 mil soles en estos meses de milagro y bonanza para ellos.
Aparte de esto, fíjense, tienen gratificación, aguinaldo, bonos, y esa millonaria canasta equivalente a 920 soles.
Pregunto: ¿Hay que contentarse diciendo que esto es sus propias leyes, que les permite levantar el sueldo cuando les da la bendita gana y hacerse lujosos derroches? ¿Hay que estar permanentemente en las tribunas como espectador pasivo, endeble, indefenso, viendo impotentes cómo se pasan la mejor vida; cómo disfrutan de la mejor vida; cómo nos sangran a la población haciendo que éste sea más pobre de lo que es, y ellos más sinvergüenzas y millonarios?
¡Por favor, paremos esto!
Comparto la idea que debe cerrarse el Congreso constitucionalmente. Ojo, de acuerdo a la Constitución, que es muy diferente cuando el encarcelado Fujimori lo cerró, ¿Para qué? Para ser peor el remedio que la enfermedad, es decir, pretendiendo hacer creer, que Fujimori lo estaba cerrando para poner fin a toda la corrupción y mafia que reinaba en aquél tristemente célebre recinto parlamentario. Desde entonces, ¿cuánto mejoró el Congreso?
Nada, Hoy es peor.
Desde el 05 de abril del 92, Fujimori y su entorno pensaban apoderarse de todos los poderes del Estado, y lo hicieron durante 10 años de dictadura, y esos 73 del fujimorismo que dicen ser legisladores, también tienen la mente enfermiza de seguir apoderándose de más y más poder.
Empezaron ya con el ministro de Educación, ya fue interpelado, todo indica que será censurado, y vendrán otros ministros más, pasarán por el mismo rigor de que no saben con quiénes se han metido, y finalmente todo lo tienen pensando: vacar al mismo presidente.
Antes de que ello ocurra, el jefe de Estado debe pedir el voto de confianza al Congreso, pues no estarían en condiciones de negar, pues si así fuera, estarían cayendo en falta de censurar por dos veces, que no está permitido.
De lo contrario PPK entraría en una crisis total del gabinete; entonces no hay otra salida que el cierre del Congreso, pero con las armas legales de la Constitución.
Por lo demás, no era necesario que lo digan la “estupenda” frase… “no saben, con quienes se han metido”. Claro, lo sabemos, señores, quiénes son ustedes del fujimorismo, y es más, sabemos qué intenciones malévolas tienen contra el país.
Resumo en un par de frases: apoderarse del país a su antojo, como ya vienen disfrutando de lujosos sueldos y tantas regalías millonarias del Estado, mientras el pueblo, al estilo vallejiano: …”ay…sigue muriendo”.