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domingo, enero 12, 2025
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No seamos como Lima

Si seguimos imitando a Lima, nuestro pueblo pronto será un infierno, donde los seres humanos pasarán horas de horas metidos en vehículos motorizados para llegar de un lado a otro. Si queremos ser como Lima, pronto nuestro pueblo tendrá sus calles violentas y salvajes, con sus largas distancias y su tráfico imposible, donde la gente no convive, sino más bien coexiste. En Lima las personas se ven de lejos y no se tocan. Cada uno vive en su isla, donde los servicios públicos brillan por su ausencia y el aumento del crimen organizado y las mafias van en aumento.

Si seguimos con el mal ejemplo de Lima, más temprano que tarde seremos una ciudad bulliciosa, donde la gente no podrá dormir y por consiguiente vendrán una serie de enfermedades. Una ciudad bulliciosa tiene una población enferma. Todo lo que hace mucho ruido es peligroso. ¡Los politiqueros son bulliciosos y por lo tanto son enfermos!. Sin silencio no existe salud. Sin silencio no se puede vivir, porque el silencio es lo más poderoso que se puede concebir. ¡La ciudad más poderosa es la ciudad silenciosa!

Para salvar nuestra ciudad de este falso adelanto, necesitamos un plan de desarrollo urbano moderno y consensuado entre las autoridades y el habitante, que fomente el espacio público ordene el transporte y cuide al transeúnte, cuide al ciudadano de a pie y así nuestra generación pueda dejar una ciudad verdaderamente moderna, eficiente y sobre habitable y caminable, donde no se cierren los espacios a la ciudadanía.

Necesitamos que nuestra ciudad sea silenciosa, con ornato, con seguridad, limpieza, cultura, orden y tráfico viable. Queremos que nuestro pueblo siga siendo el espacio privilegiado para todos los ciudadanos de a pie, para el ciclista, es decir que la ciudad sea para la gente y no para los vehículos motorizados. Hagamos que nuestra ciudad se movilice a pie o en bicicleta y reemplazar los estacionamientos de vehículos motorizados por áreas verdes y así promover políticas públicas, donde el bienestar de las personas sea el primero, despromoviendo el uso de vehículos motorizados. La bicicleta nos une, nos iguala, no genera contaminación, no genera enfermedades y mucho menos quita horas hombres de productividad. ¡Sería muy bueno que nuestras autoridades se movilicen en bicicleta!

Recuerde que toda obra tiene que ser para el peatón, luego para el ciclista, transporte público y al último para el transporte privado y no como ahora en Lima, primero, segundo y tercero para los vehículos privados. No tiene ningún sentido hacer obras de cemento si no están destinados para las personas. Los alcaldes deben de preferir las obras de áreas verdes en vez de las obras de cemento.

Espero que con el presente artículo y como natural departamento de San Martin, esté aportando a formar ciudadanos críticos y no pobladores acríticos, llenos de estereotipos, y sin pensamiento independiente, es decir huachafos.
Gracias por practicar a cada instante nuestro lema debidamente inscrito en INDECOPI; ¡La mentira corre, pero la verdad la alcanza!.
(*) Dr. Wilder Ramírez Vela, Doctor en Derecho, abogado defensor de la Ética profesional y de la moralización integral del País. Catedrático universitario y autor de diversos libros, cuyo destinatario es la autoridad suprema: EL PUEBLO. Ha publicado más de una decena de libros, entre ellos: “CODIGO CONTRA LA CORRUPCION, EL ABUSO Y LA MENTIRA”, “LA CONSTITUCION COMENTADA”, “SEA USTED ABOGADO”, “COMO SALIR DE LA POBREZA”, “JUICIOS: PERDIDA DE DINERO, TIEMPO Y SALUD”, “EL PODER DE LA LENGUA Y EL CHISME”, “RESISTENCIA CONTRA LA MENTIRA POLÍTICA”, ENTRE OTROS.

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