Es plausible que haya chicos que lean, que cada vez más se preocupen por descubrir esos viajes universales que significan los libros. Pero lo que no me resulta tan agradable, es que se utilice las redes sociales como plataforma para decir: yo leo, yo leo mucho, soy un gran lector.
Los que amamos leer, no necesitamos ventilar nuestra afición en el Facebook, porque eso resulta siendo algo más básico, apenas una pose. Los libros son una pasión que personalmente he cultivado durante los años de mi juventud y hasta ahora, cuando el tiempo me entrega el espacio. Esa bella afición, se pacharaquea (acaso inventamos el verbo), se hace patética, con fotos que me hacen pensar todo lo contrario de quienes las cuelgan. Los libros se convierten pues en una imagen que te convierte en un personaje interesante, pura iconoclastía vacía, puro vacío intelectual.
Ama los libros, pero ámalos realmente. No los utilices como una princesita linda con la que sales a la calle para sentir elevar tu ego. Ama los libros con un amor puro, no bajo los esquemas del pútrido vacío que nos gobierna en esta sociedad consumista. Jóvenes, dejen el patetismo de llamarse escritores, sin haber escrito nada. Este es un simple desahogo, perdonen los que se sientan ofendidos… O mejor no, no perdonen…