Sergio Chú Chong, correcto y eficiente funcionario de la Municipalidad Provincial de San Martín suele contar una graciosa anécdota. En cierta oportunidad, dice, un periodista entrevistó al papa Juan Pablo II y a boca de jarro le preguntó: “¿Cuántos trabajan en El Vaticano?”. El papa fijó su atención en el periodista y le contestó: “Señor periodista, sinceramente ¡no sé!”. El periodista, sorprendido dijo: “¡Cómo, su Santidad, que usted, a la vez Dios, no con cuántos trabajadores cuenta!”. Y el papa dijo: “Señor periodista, usted no supo formular la pregunta, pues me preguntó cuántos trabajan aquí, y le dije la verdad. Si usted me hubiera preguntado con cuántos trabajadores contamos, le diré que tenemos seiscientos, pero cuántos realmente trabajan, eso si no sé”.
El tema viene a colación cuando conversaba con un ex funcionario sobre el tema de los resultados de las gestiones y el artículo que escribí hace poco referente al ´valor agregado en nuestras vidas´ que se relaciona con la maestría y sapiencia en el manejo de la rutina en la administración pública. Me hizo recordar el recorrido que hice el sábado pasado por los puentes del río Cumbaza y vi que la otrora caudalosa fuente estaba prácticamente sin agua. En verdad, me quedé horrorizado y recordé, también, que cuando estaba a cargo de la Dirección de Planificación Agraria, de la Dirección Regional Agraria San Martín, propuse que le lleváramos al Alcalde de la Municipalidad Provincial de San Martín, la propuesta de un plan de planificación respecto al uso del agua. Como siempre ocurre, mi propuesta fue archivada.
El tema del presente artículo va en el sentido que las gestiones públicas deben tener equipos de trabajo pensantes y eficientes, donde la planificación tiene que ir vinculada con la operatividad. Porque, también, si planteamos iniciativas y los decisores políticos solo se preocupan por el día a día, no estamos justificando el sueldo. Antes que me despidieran de la DRASAM, en julio pasado, propuse que la Gerencia Regional de Desarrollo Económico constituyera un equipo de Seguimiento de las acciones de gestión del Gobierno Regional, como resultado de un foro que promovió Fernando Grández Veintemilla en alianza con el Colegio de Ingenieros. Tal vez por razones presupuestarias se archivó la propuesta… La verdad, no lo sé.
Cuando se habla con algunos decisores políticos, lo primero que dicen es que no hay presupuesto, o dan respuestas por escrito con la letanía de siempre: “no contamos con presupuesto y cuando alguna vez contemos con recursos evaluaremos su propuesta”, lo que nuevamente me trae a la memoria aquella fórmula de vida del ricachón Grandet: “Vamos a ver”. O también, dicen, que con la gente que tienen ya es suficiente. Precisamente, acabo de hablar con uno mis hijos el tema del cultivo de arroz y nos viene una idea, que lo diré en otra oportunidad. Y por mi experiencia en la burocracia sé que la culpa no es tanto de los decisores (algunos sí perdieron el tren), si no de la gente que les dan malos consejos o los orientan mal.
Para terminar, cuando el presidente John Kennedy y su equipo de consejeros no encontraban una salida para el problema de los misiles soviéticos emplazados en Cuba, casi en las narices de los Estados Unidos, diciéndoles con ironía a esos altos burócratas que, teniendo sueldos estratosféricos, no eran capaces de dar con una solución a la crisis, les dijo cierta mañana al inicio de una enésima reunión del Consejo de Seguridad: “Señores, hoy día tienen que justificarme sus sueldos”.
¿Cuántos burócratas actuales no justifican sus sueldos?