Estamos por entrar a medio mes de diciembre, señor gobernador Pedro Bogarín Vargas, y no sabemos si tendrá la buena voluntad de hacer justicia a los maestros de esta parte del país. Usted está de viaje en estos momentos juntamente con varios funcionarios de sub-gerencia, incluyendo el director Regional de Educación.
Es lo típico de autoridades elegidas o no, funcionarios de concurso o a dedo, que son la mayoría que ocupan cargos sin haber ganado un determinado concurso que sería lo ideal. Estos tipos de funcionarios son los más “especiales”, que fácilmente caminan sin pisar la tierra.
Bueno, allá cada cual con su cresta de pavo real. Pero lo cierto es, que, por cada viaje de cada funcionario, ese funcionario debe responder a su sector, a la sociedad sobre todo por el viaje realizado, así como el director de la DRE debe informar al sector educación qué de bueno recogió en el viaje y sobre todo qué de bueno en cuanto a la gestión para dar sus buenos oficios al gobernador para que se cancelen la deuda social a los maestros.
Ciertamente esto no es responsabilidad del director de la DRE. Yo diría que lo es, por la sencilla razón que él encabeza a cientos de maestros en esta parte de la región; y todo aquél que encabeza a un grupo de personas, debe velar por la integridad y tranquilidad de los representados.
Y con más razón todavía es la responsabilidad directa del gobernador, no solo por ser la autoridad política de más alta jerarquía en la región, sino porque tiene que cuidar su prestigio de miles de votos que le llevaron al más alto poder para dirigir los destinos de la región; y sobre todo responsable directo por la bendita promesa de velar por los maestros para que se haga realidad el pago de la deuda social, que lamentablemente aún no se hace realidad.
PONERSE EN EL ZAPATO DE LOS MAESTROS Y CIUDADANOS
Qué nos viene a los ciudadanos, a la gente común y corriente de la región y del país en general; qué nivel de seguridad social y económica nos pueden generar nuestros funcionarios elegidos o no; qué nivel de tranquilidad y paz emocional nos pueden generar los que intentan llegar al poder a través del Congreso y ejecutivo; qué nivel de seguridad pedagógica le podemos generar a los estudiantes cuando la autoridad educativa desde el más alto cargo, llamése MINEDU, DRE, UGEL, no se ponen en el zapato de preocupación y a veces de mucha tensión que viven los maestros, que hacen lo imposible para generar enseñanza-aprendizaje y tranquilidad en los estudiantes que aún muchos de ellos o ellas no maduraron su responsabilidad en estas actividades de APRENDO EN CASA, una realidad suigéneris, que desnudó a la sociedad dando a conocer una realidad sufrida, carente de lo elemental y limitada en todos los aspectos del desarrollo pedagógico, tecnológico y emocional.
Yo les recomendaría a los funcionarios, desde el señor gobernador, Dr. Pedro Bogarín Vargas, pasando por el funcionario de la DRE, Lic, Orlando Vargas, los directores de las UGELs de la región, hasta llegar a todos los candidatos que sueñan con llegar al Congreso, les recomendaría primero que se pongan en los zapatos de los ciudadanos de a pie, que se pongan por lo menos 48 horas a vivir esa realidad carente muchas veces de lo más elemental de la vida; que se pongan a vivir primero con un sueldo de mil, mil 500 y 200 soles mensuales, a ver si por casualidad de repente llegan al poder y los que ya están en él, a ver, si no les va a agitar la conciencia y empezar desde entonces a velar y luchar por los que menos tienen; a velar y luchar por hacer justicia a los ciudadanos, a los estudiantes, a los maestros.
Lástima que nuestro país necesita primero que las masas se agiten y se movilicen para recién hacer justicia a favor de una causa. Se demostró con las grandes movilizaciones juveniles del 14 de noviembre para derribar del equivocado poder en la que estaban Vizcarra y compañía; Merino y compañía, ojalá que esto no ocurra con Sagasti y compañía.
Siempre el poder terco, pomposo y arrogante en nuestro país, espera primero, que las aguas salgan de su cauce; espera primero que se alteren y se rompan el orden normal de las cosas, recién a través de ello, algo de justicia quieren hacer, como acaba de anularse la Ley Agraria 27360, ley de explotación para los trabajadores de la agricultura y la agroindustria, que tenían un salario miserable de 29 soles que incluía su CTS y gratificaciones.
Si esta ley explotadora se derogó, por qué no se podría hacer lo mismo con la Ley de Reforma Magisterial, la 29944, que se derogue únicamente la parte económica que faculta ganar una miseria a los maestros. Los demás aspectos de las normas pedagógicas y sobre todo la meritocracia, por supuesto se mantendría.
Sería una justicia digna y noble para los maestros a puertas de entrar al siglo 21. Todo depende de la gente que está en el Congreso para que luchen por esta y otras justas causas, si primero se ponen en el zapato de los maestros, de los ciudadanos y de los que menos tienen.