Karina Roncal
Periodista
“Salté echando chispa de pasión, pero me apreté fuerte el cuerpo, lo contraje. Quiero que dure ese momento de éxtasis, ese punto de fugaz alegría, qué locas travesuras, qué sensación de carreteras silenciadas, pero activamente vividas”
Ciega, sorda y muda, consagrarme al deleite supremo. Soy salvaje y no puedo evitar el llamado de mi sangre, así que hoy, las dosis de fuego con la que empecé, vuelve a extenderse entre líneas.
El 2015 vino con una maleta cargadas de buenas vibras, retos, amores incandescentes, pasiones revoloteando y mucho aroma a café para dar. Esto no sucedió de la nada, retomar estas pasiones, básicamente es que porque los aires trajeron a mí, aquellas suplicas reiteradas de un jergonero bastante incisivo. Pues aquí están, para todos aquellos que extrañaban ese ají que los dejaba con ganas de saber más, aquí estoy, sigo siendo la dulce entrenadora, castigadora, pero sobre todo la que abre los ojos a la vida, odiada por algunos y aplaudida por otras, y pues, en el amor, el sexo, la vida y la infidelidad misma, todo vale.
No puedo decirles el número de personas que se dicen a sí mismas al inicio de su relación, “si mi pareja me es infiel, desaparezco”. Y luego sucede, su pareja les es infiel. Es ahí cuando entra el factor realidad. Es sencillo pensar que uno terminaría una relación si su pareja lo traiciona, pero cuando nos confrontamos a la realidad de la separación, o en otros casos de disolver el matrimonio, el costo es muy alto. No es que superar una devastadora infidelidad sea fácil, porque no lo es. Lo que normalmente hacen es, “excusar el acto” y pensar que él o la susodicha prometa “cambiar. JAJAJA
Sin duda la traición está en el ojo de quien la ve, para algunas personas, es sólo tener relaciones sexuales afuera de la relación. Para otros, la traición pasa más por el sentimiento, que el otro esté emocionalmente conectado con alguien más: conversaciones hasta tarde con un compañero de trabajo, o una relación íntima con otra persona. Para el resto tiene que ver con algo oculto. Esto puede involucrar cuentas de email escondidas, celulares, actividades online o la falta de información sobre su paradero, hábito de gastos o planes de vida. No hay una definición universal para el engaño.
Lo que muchos no saben es que la mayoría de las aventuras terminan, es pasajera, y que “regresan a casa”. Es importante saber que, a pesar de que las aventuras son increíblemente sexys, adictivas y brindan una sensación de renovación, la gran mayoría finaliza. Esto sucede porque después de que pasa la emoción, la mayoría de las personas reconoce que todos, incluso los amantes, vienen con equipaje.
Existe una locura temporal, muchas veces destructiva, la infidelidad representa una amenaza tan grande y devastadora, muchas personas piensan que están perdiendo la cabeza cuando reciben la noticia del engaño. Cuando en realidad, es el comienzo, en pensar que el menú que sigue, es mucho mejor.
“Lo que no sabía esa noche, en la que pensé ilusa que todo había terminado, era que todo iba a volver a comenzar y que si no salía de esta, yo tendría que cavar mi propio hoyo mental y escribir con un dedo -aquí yace un animal desollado-”.
¿Qué levante la mano quien no fue traicionada? ¿Quién nunca fue infiel? Ni en hombres, ni mujeres hay quien puede librarse de las piedras que puedan caer encima.
Tratándose la materia de la que escribo parte de mi vida, pensamientos, sentimientos y emociones, no la podría embutir en el parámetro de un ranking del uno al diez en cuál fue mi infidelidad más memorable o cuál infidelidad es la culpable de las facturas emitidas en mi vida, ya que los pagos al cashh, fueron caros.
El amor es lo de menos. Un corazón roto se puede parchar. El desamor se cura. La confianza rota es la que hace sentir como un animal desollado y colgado de un árbol patas arriba pensando “me arrepiento de haberme sentido tan estúpidamente segura de mi misma y de haber creído que lo que hacía era lo correcto”. Lo malo de arriesgarte es que no hay una nota de crédito que te devuelva o cambie tus decisión por otra, como un regalo que no te gustó en navidad.
La infidelidad, amores, pasiones y las excitaciones de la montaña rusa, son pan de cada día. Que sirve y que no, solo hay que tener en cuenta jergoneros, que la infidelidad es detectable y que la infidelidad es como la muerte, nadie se salva.
“Ni uno, ni otro, los dos: pasión y amor, sin infidelidad y con confidencialidad”
Ahora yo amo, confío, sin pensar en que en algún momento mamá venada pueda volver a aparecer.