I
Cuando alguien es
interceptado sus secretos
de comunicación, el grado
de conversación que
tienen los interlocutores
puede generar el derrumbe
de un castillo de naipes, el
desplomamiento de toda
una estructura social,
profesional y política.
II
Muchos castillos de naipes
se vinieron abajo, y muchos
profesionales mancharon
toda una carrera, y muchos
políticos se desplomaron
tan solamente por la única
comprobación de la voz
en una grabación respectiva.
III
Y si este desplome a la sola
verificación de la voz de un
respectivo personaje, es ya
todo un escándalo, mucho
más escándalo resultaría
y desde ya penado por
la justicia, cuando el contenido
de la conversación reina con lo
delictivo y el rompimiento del
orden normativo de los buenos
modales coloquiales, donde
podrías conversar de todo
sin comprometer tu imagen
y sin comprometer
tu propia palabra.
IV
Estas conversaciones
coloquiales donde brilla
el poder de la palabra
con mucha sabiduría;
el poder de la palabra
con mucha filosofía
cual Platón en sus diálogos
con Arístóteles, estas broncas
y disputas de estos dos
maestros del diálogo
sin ninguna astucia,
pero sí con mucha audacia,
ya no volverán.
V
Ya no volverán,
no porque haya hoy menos
personas pensantes,
no porque haya hoy menos
circunstancias conflictivas…
es todo lo contrario,
hoy hay más motivos
para hallarse comprometido
en busca de la solución
con tanta debilidad
emocional de mucha gente:
acaba de morir un feminicida
luego de haber victimado a su
ex pareja y asesinado a otra
mujer inocente.
VI
Tres últimas muertes,
únicos en su género en
nuestra realidad local,
pero que voló a todo el
escenario nacional y
del mundo.
VII
Esto me llevó a pensar
que los seres humanos
realmente no sabemos
amar; confundimos pasión
con amor. A la sociedad le
falta mucho por aprender:
si alguien no nos ama o se
cansó ya de amarnos, hay
que ser capaces para
aceptar ese rechazo.
Esa capacidad de asimilar
el rechazo le faltó al ya
finado feminicida.
VIII
Y a los interlocutores del
diálogo interceptado, qué
podría haberles faltado?,
yo lanzo mi teoría: salir de
la pobreza de una manera
fácil, o hacerse más rico
de una manera fácil;
la otra teoría es que el
pueblo sigue siendo el
caballito de batalla para
que en nombre de las
elecciones y en nombre de
las obras públicas, vendan
no solo sus propia conciencia
sino los más indignante es,
vender la ilusión de un
pueblo que seguirá esperando
que alguna generación
le trate con dignidad
con respeto y moralidad.