Los ciudadanos que promueven el voto viciado, se les puede tildar de antidemocráticos, intolerantes, renegados, resentidos y tanto adjetivo que muchas veces linda con el insulto; sin embargo, en su gruesa mayoría, los que optan por el voto viciado no provienen de apolíticos, estos votan generalmente en blanco, tampoco provienen de cerebros chatos o de espíritus pusilánimes, más bien son ciudadanos con alto espíritu crítico, que están atentos a la política, para muchos de ellos votar viciado es votar por otro candidato, ese que nuble sus sueños, pero que consideran, que no caben en la urnas.
Además, porque rasgarse las vestiduras ante una inmensa cantidad de peruanos que han optado o por el voto en BLANCO o el VICIADO como opción, si esta posibilidad está consagrada en el Art. 365 la Ley Orgánica de Elecciones que establece que si los votos nulos (VICIADO) o en blanco sumados superan los dos tercios del total de votos válidos, se anula la elección.
Por tanto, es una opción perfectamente democrática y legítima. Asimismo, no hay que perder de vista que el voto VICIADO y el en BLANCO según la Ley Electoral se contabiliza como cualquier candidato en contienda; el VOTO VICIADO es un candidato más y su escrutinio representa una expresión democrática de la ciudadanía en pleno ejercicio, lamentablemente para efectos de la cifra repartidora, no se toma en cuenta, por eso es que Keiko ha conseguido el 55% de los escaños con sólo haber obtenido, aproximadamente el 25.5% del electorado nacional.
Como vemos, en la primera vuelta, la inmensa cantidad de ausentismo, votos blancos y viciados le ha dado una amplísima mayoría congresal al fujimorismo, la pregunta es ¿en la segunda vuelta lo volveremos a ayudar?, yo creo que no, está bien que no estamos obligados a hacer campaña por PPK, está bien que somos conscientes que es de derecha y que en el campo económico, junto al fujimorismo, son harina del mismo costal, pero hoy por hoy, representa la única posibilidad de garantizar la salud democrática del país y el equilibrio de poderes tan necesario para garantizar gobernabilidad y el Estado de Derecho.
Consecuentemente incido, que no se trata de correr tras las bambalinas de PPK, que los votos de los cuales va a ser depositario no son porque nos convenció o por que asumimos el papel oportunista o tránsfuga de engrosar sus filas, es la estricta opción ordenada por el sentido común, y como ya se dijo, por preservar la salud democrática del país, el fujimorismo con el control de Congreso que en la práctica es el principal poder, ya debe darse por bien servido.