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lunes, abril 29, 2024

Genial participación de peruanos en el mundial

La frase aparenta simple conformismo. Quizá lo sea, porque la selección no clasificó a la siguiente rueda. Pero, la percepción de la amplia mayoría de la población es adversa, es decir, el solo hecho de llegar al mundial ya fue suficiente, porque luego de casi cuatro décadas de sequía, tampoco se podría alcanzar de pronto solvente inundación de triunfo. Todos anhelamos llegar a obtener el título mundial; claro, es el anhelo de todo postulante. En cambio, en el camino se encuentran experimentados “tiburones”, hay que ser “caballeros”, tributarles merecidos respetos.

Tanta ha sido la sequedad de ausencia de participación de la selección en el mundial, que el país entero ahora experimenta en este campeonato severo resquebrajamiento. La sequedad del alma ha sido inundada con abundantes lágrimas de amor, generadas en el borbotar de las profundidades de treinta y tres millones de corazones. La pobreza patriótica de tanta corrupción, injusticia y delincuencia, ha sido enriquecida con la fuerza de amores humanos de peruanos que aman su patria de corazón. No solamente los once futbolistas entonan el mejor himno del mundo con todas las fuerzas de sus gargantas, sino también los más de cuarenta mil peruanos que asisten a los estadios, haciendo que los deportistas siempre jueguen de “local”. Las calles invadidas de “cogoteros” descoloridos de algunas urbes peruanas, contrastan en tiempo real con verdaderos peruanos que llenan calles coloridas en las ciudades de Rusia. Mientras un puñado de individuos “produce y trafica droga que mata” en el interior del país, en malévola alianza con otro grupo que fomenta subversión que mata personas; allá, lejos de la tierra, setenta mil peruanos en Rusia cantan con furor “cómo no te voy a querer mi Perú”, si cobijaste mi tierno cuerpecito al nacer, si trajiste a mis ojos el sol, si tu fresca brisa revolotea mi cabellera, si expandes mi vista en el horizonte de la costa, si acaricias mis calientes esperanzas con el frío de tus andes, si haces de mi vida siempre en primavera con el candor tropical de mi selva, como no te voy a querer mi Perú.

Los partidos de fútbol del mundial son de vida o muerte, en sentido futbolístico. En verdad, todo primerizo paga el derecho de piso. El planteamiento inicial del primer partido ha dejado sin palabras a todos los peruanos, al observar la ausencia del capitán Guerrero. Aunque físicamente no esté para los noventa minutos, aunque haya soñado pajaritos, Paolo tenía que estar desde el pitazo inicial. La consecuencia se paga. Encima, para coronar la torta, se escapa el penal. Tanta ha sido la lucha para que Guerrero participe en el campeonato mundial y llegado el momento del partido, no juegue. La desazón ha sido generalizada. Ha provocado una mala vibra. En realidad él fue el artífice conductor del equipo para alcanzar el objetivo y se merecía jugar y no solo por eso, sino que su presencia en el equipo le da peso. La evidencia fue clara, cuando en el segundo tiempo ingresa Paolo, la balanza de inmediato se inclina dándole ataque al equipo peruano buscando la escurridiza anotación. ¿Qué pasó en el interno? Solo conocen los protagonistas, pero queda demostrado que los errores se pagan. Lamentablemente, son errores que perjudican a la selección, a los jugadores, a todo el país. Quizá existan otros errores técnicos, pero la población captó éste, y eso vale.

Pero, luego de éste resquebrajamiento positivo, ahora el aura en el ambiente nacional es distinto, se nota más amor, especial cariño y respeto entre peruanos; aunque todos queríamos más, que el equipo suba a otro nivel. Éste verdadero cambio nacionalista, debe ser palanca sólida para que la vida política y social de los habitantes sea diferente. Que los políticos y funcionarios se entreguen al trabajo, pensando en el país, dejando atrás el flagelo de la corrupción.

Nadie cuestiona al entrenador como en otrora oportunidad. Es voluntad de la población que Gareca continúe al frente de la selección, porque este proceso recién está empezando y él tiene la voluntad de hacer bien, quizá hasta llevarnos a obtener el título mundial.

Aquí existen varias paradojas que comentar. Con el gol del futbolista argentino Gareca, Perú no va al mundial en 1982; pero a pesar de hacer el gol tampoco fue llevado el jugador Gareca a ese mundial. 36 años después, el ex jugador argentino y ahora entrenador Gareca lleva a Perú al mundial; es decir, si a él no le llevaron de jugador, él lleva a Perú al mundial como entrenador, precisamente al país que con su gol sacó. Por su parte, para variar, Guerrero con sus muchos aciertos y goles como delantero, lleva al equipo peruano al mundial; ahora, Guerrero con un solo error, en defensa, saca al equipo peruano del mundial. ¿Cómo se puede llamar a semejantes contrariedades? Simplemente, genial participación de peruanos en el mundial. Porque alguien dijo confundido, “Perú puede ser todo, menos aburrido”.

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