Era una tarde fría de Enero—18 para ser más precisos—de 1914, la policía Alemana llegaba a un sórdido y frio apartamento en Munich, Alemania, donde sorprendieron y arrestaron a un tal Adolfo Hitler—artista de origen austriaco de 24 años de edad—quien había huido de Habsburgo, Austria, en Mayo de 1913 para evitar el servicio militar obligatorio. El arresto pudo ser efectuado porque Alemania y el Imperio Austrohúngaro habían suscrito un acuerdo para repatriar a todos los que huían del servicio militar obligatorio; es así que Hitler fue arrestado y conducido al Consulado Austriaco en Munich, donde se le ordenó retornar a su natal Linz, en Austria, para que se le realice el exámen de aptitud física.
Hitler, un voluble y temperamental joven que estaba fanáticamente en contra de vivir una vida “normal,” estaba decidido a evitar el aburrimiento de la vida militar a toda costa. Papel y lapicero en mano, y utilizando su gran capacidad retórica, escribió una inconsistente y persuasiva carta dirigida a las autoridades austriacas a cargo de su caso. En la carta, Hitler, argumentaba que no podía servir en el ejercito Austrohúngaro porque era pobre, ignorante y por otras circunstancias extraordinarias. Hitler escribe, “La razón principal que me imposibilita el honor de servir a mi patria es que no he podido juntar el dinero necesario para regresar de Munich, Alemania, a mi natal Linz, Austria…Si bien gano suficiente como pintor, lo cierto es que no me alcanza para mucho puesto que no tengo ahorros…mis ganancias son miseras, y solo alcanzan para sobrevivir.” Hitler, en la misma carta, también escribió que no sabia que debía registrarse para el servicio militar en 1909.
La carta de Hitler era un compendio de mentiras de principio a fin. Para comenzar, Hitler no era pobre, dado que había heredado patrimonio de ambos padres y de su tía; Hitler vivía en un apartamento sórdido porque era tan tacaño y desidioso como para perder su tiempo en un trabajo regular y pagar un apartamento más cómodo y decente. Del mismo modo, es imposible que Hitler no supiera que tenia que registrarse para el servicio militar obligatorio. En realidad, la razón principal por la que Hitler deseaba evitar el servicio militar a toda costa era el carácter multi-étnico del ejercito de Habsburgo: Hitler odiaba a los Eslavos, Judíos y no le tenia mucho aprecio a los Húngaros, Italianos o Rumanos—todos estos grupos étnicos estaban representados en el ejercito Austrohúngaro. De hecho, Hitler adoptó la ideología radical del Pangermanismo patrocinadas por demagogos antisemitas como Georg Ritter von Schönerer; ideología que promovía la supremacía y pureza racial como piedra angular del desarrollo socio-político de una nueva Alemania.
Al final, todos sus esfuerzos fueron en vano: Porque en Febrero de 1914, Hitler fue finalmente declarado no apto para el servicio militar debido a su físico cadavérico—lo que no le permitía portar armas, según el ejercito Austrohúngaro. Es así como, Hitler, el aspirante a artista fue liberado para continuar con su vida “normal”—pasar el tiempo pintando las calles de Munich, dibujando planos para edificios, leyendo periódicos en los Cafés, leyendo asiduamente acompañado de su lampara de querosene—todo esto mientras buscaba un propósito para su vida: Y vaya que encontró su propósito años después.
Traducido, editado, adaptado por Wilter Pérez Barrera
Lic. Ciencias Políticas y Asuntos Internacionales
Bibliografía
(1) Adolfo Hitler: Una Biografiá por John Toland
(2) El Ascenso y La Caída del Tercer Reich: Historia de La Alemania Nazi por William L. Shirer.
(3) Hitler y El Servicio Militar en Mental Floss Magazine.