La expectativa mundial por la nueva vacuna rusa contra la covid-19, ha causado múltiples reacciones que van desde lo risible hasta la incredulidad. Por ejemplo, se evoca un poco humorísticamente con el nombre de esta vacuna: Sputnik V, la competencia en la guerra fría entre Estados Unidos y la entonces Unión Soviética en la que ambos iban “ganando” posiciones, comenzando con Rusia que fue la primera en poner en órbita el primer satélite artificial (Sputnik 1), el primer hombre y mujer en el espacio (Yuri Gagarin y Valentina Tereshkova) etc. para luego Estados Unidos “ganar” en ser los primeros llegando a la luna.
Yendo más allá (trascendiendo) de lo puramente anecdótico podemos reflexionar preguntándonos si esta controvertida “escalada” hacia la tan ansiada “vacuna ideal” que nos permita retomar nuestra tan anhelada (y desnaturalizada) “normalidad”, no sería sino una búsqueda más de esas salvaguardas provisionales o uno de los tantos paliativos con los que nos gusta, cual fármaco-dependientes, aliviar y olvidar aunque sea por un momento más, que se nos acaba el tiempo impostergable de asumir colectivamente y con profundidad las acciones para soluciones de fondo que eviten nuestro “desbarrancamiento” en la irremediable ruina…
Es siempre aquella elocuente lamentación del Maestre Dr. David Juan Ferriz Olivares:
“¡Oh ser humano!, como decía un poeta griego, eres un ser de la ilusión que no busca estar en la realidad, la abstracción te hace anhelar la ilusión. Ser de ilusión que a veces no amas la realidad, aun cuando sea la vía más directa a la Unidad real de las cosas.”
En ese sentido también escribía el Maestre Dr. Serge Raynaud de la Ferrière:
“Cuando un edificio se agrieta no es buen negocio disfrazar las hendiduras y grietas volviendo a echarles yeso y pintándolas. Lo que es necesario es revisar la construcción y verificar la solidez de las piedras angulares y reemplazarlas si hay lugar a ello.”
“Estamos asistiendo actualmente al hecho capital de un momento particularmente crítico, al monstruoso hundimiento de toda una civilización (…) ¿Dejaremos naufragar nuestra civilización no sabiendo qué reforma hacer, o enérgicamente pondremos el dedo en la llaga para salvar lo que puede salvarse?”
Así pues, sin reducirnos a los conocidos extremismos (“El fanatismo y el escepticismo son los enemigos de la verdad” indicaba sabiamente el Dr. Ferriz Olivares) de los “conspiracionistas anti-vacuna” versus los “alopáticos pro-fármacos”, podemos apelar a enfoques de síntesis y matesis aplicando las “dosis adecuadas” de cada postura.
Por ejemplo, es necesario considerar aquello que señalaba dialécticamente el Dr. Serge Raynaud de la Ferrière:
“La enfermedad mortal de la viruela fue vencida por la inoculación de la vacuna (especie de viruela de vaca); pero en 1796 aún no se toma en serio en Londres a Eduardo Jenner, mientras que Napoleón ya hacía “vacunar” la Grande Armée y su eficacia fue prontamente demostrada.”
Sin embargo: “Los remedios parciales o teóricos (desarme universal, vacunaciones múltiples, etc …) jamás llegarán a refrenar definitivamente el retorno de los flagelos, porque la represión del mal hecha a base de medios artificiales, en un punto dado, no conduciría sino a hacerlo aparecer en otras partes y a transformarse en desgracia mayor, lo que no sucedería si se lo hubiera reprimido en su fuente.”
Un claro ejemplo de esto es lo que señala la famosa Revista “Muy Interesante” (México, 12 de agosto, 2020) en un artículo titulado: “Los virus animales provocarán más pandemias si seguimos destruyendo las selvas” alertando que el 75% de las infecciones víricas que han asolado a la humanidad en los últimos cincuenta años son de origen zoonótico y que “tienen como principal mecanismo para ‘saltar’ a nuestra especie la deforestación, la expansión de asentamientos humanos en los bordes de los bosques y el comercio de especies silvestres para el consumo humano.”
Pero no mencionan algo MUY FUNDAMENTAL e irrefutable:
EL MÁS GRANDE AGENTE DE DEFORESTACIÓN DE LAS SELVAS TROPICALES ES LA PRODUCCIÓN DE CARNE DE GANADO VACUNO, PORCINO, etc. POR LO TANTO, una verdadera y definitiva CURA sería disminuir progresivamente hasta cero su consumo (nefasto y totalmente innecesario) hacia una dieta vegetariana naturista para toda la humanidad.
Asimismo, considerar la sabia visión del Maestre Dr. David Juan Ferriz Olivares (www.magnanet.org):
“Hay muchas investigaciones que deben hacerse en salud natural, en medicinas alternativas, en regeneración alimentaria a base de alimentación fermentativa y no putrefactiva y la regeneración órganos como el colon, en casuística, como las de 80 000 casos, dejadas por el médico nutriólogo suizo Maximiliano Bircher, Benner en Zurich, o las publicadas en “Neo Hipocratismo, reforma de vida” sobre afecciones cardiacas, por el médico cirujano Carlos Casanova Lenti, en Perú, basándose ambos en asanas [posturas] de yoga, la aplicación terapéutica del vegetarianismo y el naturismo, en medicina bioenergética, en el aumento requisitorio de la respiración en un 65% de de las asanas de yoga como la sarvangasana, y tantos otros renglones de distintas áreas (…)”
“Hay muchos institutos de investigación que no se interesan ocuparse de esos u otros temas, no les es rentable, les interesa ir del sauce a la cafiaspirina y no de la cafiaspirina al sauce, porque no interesa la humanidad, sino sus ingresos económicos y el prestigio en boga y no el hallazgo revolucionario para la salud y para el bien.”
Queda pues aún muchísimo por hacer. Estamos invitados a participar activamente en el gran movimiento cultural para la regeneración humana (ver: www.magnanet.org).